Hay varias ventajas de comprar una casa. Para empezar se puede adquirir, con trabajos, desde que la gente es joven como una inversión a muy largo plazo. También es posible vender propiedades después de unos años para obtener una ganancia bastante importante. Por supuesto, también está la posibilidad de conservarla y rentarla para tener un ingreso adicional. En este sentido, se trata de proyectos productivos provechosos para el patrimonio a futuro.
Pero hay un elemento crucial que se debe tomar a consideración. Para la gran mayoría de las personas, comprar una casa al contado es una misión casi imposible. Es por eso que existen facilidades como los créditos hipotecarios, que permiten obtener prácticamente de inmediato la propiedad y poder realizar pagos mensuales manejables. Sin embargo, hay opciones y ofertas para todos los bolsillos y casos. Escoger el equivocado puede ser una mala decisión.
¿Qué pasa si no escojo el crédito hipotecario correcto para mi casa?
Antonio Mijares, Socio Director de Crediaccess y Bróker Hipotecario de RE/MAX, apunta que comprar una casa es una de las decisiones más importantes en la vida de las personas. No solo porque puede permitirle a la gente incrementar de forma significativa su patrimonio a lo largo de los años. También porque una mala decisión en crédito hipotecario pueden en verdad hundir a la gente. Y es que hay grandes riesgos de no elegir la herramienta financiera correcta.
No estar bien asesorado puede implicar que contrates un producto no adecuado a tu perfil. Esto implicaría correr el riesgo de no contar con el dinero para las mensualidades. Esta falta de pagos implicaría un alza importante en tu tasa de interés, conocida como tasa moratoria. Pero eso no es todo. También se corre el peligro de crear un mal historial en el buró de crédito. Si la situación escala en gravedad, las personas hasta pueden llegar a perder su casa o patrimonio.
Con la advertencia del experto de RE/MAX, ¿qué se debe tomar en cuenta para aceptar el crédito hipotecario adecuado? De inicio, lo ideal es asesorarse con un especialista financiero, que pueda determinar la capacidad de endeudamiento para la hipoteca. Sin embargo, la regla general es poder destinarle alrededor del 30 por ciento del salario mensual. Asimismo, hay que tomar en cuenta gastos adicionales, como seguros, comisiones, gastos notariales, etcétera.