¿Sabías que el mexicano consume aproximadamente 50 gramos de picante al día? Sin embargo, las salsas comerciales no quedan atrás y más si se trata de botanear, pero de todas las que existen, ¿cuál prefieren los mexicanos?
Te has preguntado, ¿qué sería del mexicano sin una buena salsa? De acuerdo con distintos psicólogos, comer picante le pone emoción, atracción, adrenalina y cierto dolor a la vida; todo con el fin de experimentar diversas sensaciones por un instante.
A nivel fisiológico, el causante de ese inexplicable gusto es la capsaicina, sustancia activa del chile, pues esta estimula las neuronas sensoriales que regularmente responden al dolor. Según la doctora y maestra en ciencias por la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Diana Lizárraga Chávez, dicha estimulación produce la liberación de opioides y endorfinas que neutralizan el dolor, detienen la liberación de la Sustancia P, nueurotransmisor asociado con el dolor.
“De esta forma se percibe una sensación de placer y de alguna forma un grado de adicción”, puntualizó la especialista.
En tanto, el médico de base en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Luis Esteban Hernández, explicó que el picante no es adictivo por los capsaicinoides, sino porque las persnas se enganchan al efecto secundarios que estos producen en su cerebro.
“El cerebro busca situaciones que le generan bienestar, eso se llama retroalimentación positiva- Te gusta, por lo tanto lo repites. Te da más gusto, lo haces de nuevo y así sucesivamente”, dijo.
A pesar de ello, es común ver en la calle el carrito de las papas que en su cubierta porta una serie de salsas para elegir y de seguro en cualquier casa mexicana deben tener al menos una salsa comercial, pero ¿sabes cuáles son las favoritas entre los amantes de la comida picante?
De acuerdo con la empresa especializada en la realización de encuestas, Massive Caller, la marca Valentina es la preferida de los mexicanos con una aceptación del 50 por ciento, seguido de Botanera con 24.6 por ciento y en tercer lugar la salsa San Luis con apenas un seis por ciento. Entre las menos elegidas se encuentra Búfalo con 6.8 por ciento, Huichol con 3.6 por ciento, Tamazula con 0.5 por ciento y Cholula con 0.3 por ciento.
En cuanto a la frecuencia con que los mexicanos compran salsas, el 16.2 por ciento contestó que “con mucha frecuencia”, el 34.1 por ciento “ocasionalmente y casi 50 por ciento respondió que “nunca”. Ahora bien, entre las razones por la que no consumen salsas comercializadas, 66.2 por ciento dijo que “no le gusta su sabor o no come picante”, 11 por ciento “le causa algún malestar”, 10 por ciento “prefiere prepararla en casa”; seis por ciento “no conoce ninguna”, y con apenas tres por ciento por su costo y “otra razón no mencionada”.
La encuesta fue levantada el pasado 21 de septiembre de 2021 a través de llamadas telefónicas. La población objetio fueron tanto hombres como mujeres mayores de 18 años, mientras que el tipo de muestreo fue cuantitativo.
“Las encuestas fueron levantadas mediante la técnica de robot en grabaciones enviadas a los teléfonos fijos y móviles que son contestadas por el propio entrevistado, realizando las llamadas en forma aleatoria a fin de que sean representativas de la muestra”, sostuvo Massive Caller y agregó que en total fueron 2 mil sondeos realizados, cuyo margen de error es del 2.3 por ciento.
¿DE QUÉ ESTÁ HECHA LA SALSA VALENTINA?
Forma parte de la empresa Salsa Tamazula, la cual comenzó a producir sabores picantes en 1960 y con los años lanzó al mercado nacional la Valentina y la Costa Brava. Aunque hoy tienen varias presentaciones, la más consumida es la de etiqueta negra.
En su etiqueta anuncia que está elaborado por agua, chile seco de árbol, ácido acético, sal yodada, condimentos, especias y 0.1 por ciento de benzoato de sodio como conservador. Mientras que su presentación de etiqueta amarilla incluye lo mismo a excepción de los chiles puyas.
De acuerdo con El Financiero, uno de sus componentes más controvertidos es el ácido acético, el cual reacciona al contacto con los metales. Entre sus polémicas, se difundió que en 2013, en , Chihuahua usaron esta salsa para sacar brillo a estatuas de meta.
Por lo anterior, sumado al vinagre y sodio, si se consume en exceso, es posible que esta salsa contribuya a daños graves en el organismo por el incremento de jugos gástricos, por ello su uso debe ser moderado.