¿Quieres saber qué son las salas de la ira, por qué fueron creadas y para qué sirven? Aquí te contamos todo lo que sabemos…
Una sala de la ira es un lugar al cual puedes acudir por diversión. Cuando estás tan molesto que te gustaría romper cosas. Mientras que las “salas de escape“, son para intentar resolver problemas de manera creativa, las salas de la ira son para desahogarte.
En una sala de ira, tienes la oportunidad de destruir algo sin tener que sentirte mal o incluso sin tener que limpiar después. Estas salas están preparadas con objetos rompibles para que los clientes los destrocen durante unos minutos.
Romper cosas hace que muchas personas se sientan mejor, pero ¿son estas salas estrategias saludables para gestionar el estrés o eficaces para controlar la ira a largo plazo?.
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¿Qué dicen los estudios?
Todavía no hay muchas investigaciones sobre si estas salas de la ira le pueden ayudar a la persona a reducir los niveles de estrés o aumentando las habilidades de control de la ira porque este tipo de lugares son relativamente nuevos.
La teoría de la catarsis de la agresión sostiene que si las personas pueden descargar su frustración y su ira, ésta disminuirá. Esta teoría existe desde hace mucho tiempo, pero ha sido desacreditada por varias investigaciones.
En 1959 un estudio analizó a algunos sujetos que tenían que golpear clavos con martillos durante diez minutos. Esto con el objetivo de disminuir sus niveles de ira después de ser insultados. Mientras que a otros sujetos se les dejó esperar los diez minutos sin actividad física. Con el objetivo de ayudarles a descargar su ira.
Los resultados mostraron que los sujetos que golpeaban con martillos estaban más enfadados después de diez minutos que los que estaban sentados en silencio, a pesar de que la teoría de la catarsis nos llevaría a esperar lo contrario. Esta investigación sugiere que romper cosas para disminuir la ira puede resultar contraproducente.
Otro estudio permitió a los estudiantes dejar evaluaciones negativas de un profesor. Este estaba siendo frustrante a propósito. Mientras que a otros sujetos que habían experimentado las mismas frustraciones no se les dio la oportunidad de expresar su ira y agresión con evaluaciones negativas. Los que habían descargado su ira estaban más enfadados después. No menos como se esperaba.
Desahogar la ira golpeando cosas sigue aumentando los niveles de enojo. En sujetos a los que se les hizo creer que este tipo de desahogo disminuiría su ira. El estudio de 1999 que descubrió esto también detectó un aumento en la probabilidad de que estas personas enfadadas descargaran su enojo contra personas inocentes.
Un estudio relacionado descubrió que las personas que actuaban de forma agresiva. Después de ser provocadas y experimentaban una disminución de la ira después eran más propensas a ser agresivas. Los que experimentaron un aumento de la ira después de expresar la agresión. No tuvieron una mayor tendencia a actuar de forma agresiva en los días en los que estaban especialmente molestos.
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