Seguramente tienes años publicando y sociabilizando en Facebook y otras redes sociales, pero tal vez no has tomado conciencia sobre cómo sacarle provecho, las siguientes acciones te ayudarán:
- Escribe lo que piensas, pero piensa bien lo que escribes. La rapidez y lo efímero de estos medios provoca que nos precipitemos a emitir juicios de valor que exigirían un poco reflexión. No digo que cada entrada o réplica deba suponer una tesis doctoral, pero si un mínimo de criterio sobre lo que se habla (y eso sólo se consigue leyendo mucho y variado). No siempre tenemos que opinar de todo, relajémonos.
- Se educado en tus planteamientos y no pierdas los modos. No importa que la grosería obtenga más “me gusta”. No estoy aquí para coleccionar likes – aunque siempre sean gratos- sino para seguir forjándome como persona. Creo, además, que la educación es un imán que nos atrae a quienes creemos en ella como base de convivencia y conocimiento. Y creo, por último, que la buena educación es contagiosa.
- La cortesía, sin embargo, no excluye la legítima defensa. También hay que saber defenderse. Si alguien sobrepasa ciertos límites de respeto hacia mí o mis contactos, le reconvengo en privado y si no rectifica, lo elimino de mi lista de contactos. Puede parecer muy drástico y poco dialogante, pero dados los tiempos convulsos que corren no puedo andar permanentemente mediando ante las embestidas furibundas de trolls, haters y provocadores en nómina.
- Cuando visito otros espacios en redes sociales, soy respetuoso con el autor y sus contactos. Al fin y al cabo estoy de visita y si no me gusta lo que leo o veo en casa de un desconocido, me marcho. No es preciso insultar. Hay muchas personas interesantes por la red y no necesito perder el tiempo en riñas tumultuarias con extraños.
- Solo debato y muestro mi desacuerdo con aquellos a quienes conozco personalmente o con quienes intercambio habitualmente puntos de vista. A veces coincidimos y otras no y por eso creo que la discusión pone a prueba mis propios dogmas. Cuando el debate tiene lugar en otro muro y la discrepancia parece insoslayable, dejo siempre la última palabra al “anfitrión”. Al fin y al cabo estoy de visita su casa.
- No me importa reconocer que me he equivocado y agradezco que me hagan saber que he metido la pata. En general, cuando rectifico errores suelo anunciarlo y menciono siempre a la persona que me alertó del mismo.
- Aunque creamos saber mucho sobre una materia, siempre hay alguien por ahí que nos da mil patadas y que sabe bastante más. Nunca pierdo de vista esta cosmovisión: detrás de cualquier persona hay muchos mundos y alguno de ellos puede ser fascinante. Al contrario, también puede haber mucho odio y resentimiento, pero para eso se inventó el bloqueo y eliminar de mis amigos.
- Documéntate bien antes de difundir una noticia y evita hacerlo de fuentes poco fiables o especializas en difundir libelos y noticias falsas o tergiversadas. Si es necesario mostrar la fuente original, precisamente por estar cuestionándola, no adjuntes el vinculo original (eso le reportará mas visitas y tu pretendida critica se convertirá en un apoyo involuntario) y limítate a colgar un simple pantallazo.
- Cuando emplees información o ideas extraídas de otra persona, cita siempre a su autor. En esos casos, si además lo etiquetas le facilitas que pueda seguir las reacciones suscitadas por sus ideas.
- Trata de responder a quienes te escriben, planteando o comentando alguna cuestión en concreto. No siempre será posible hacerlo o hacerlo in extenso, pero hay otras formas de hacerles saber que los lees y los valoras. Facebook y las redes sociales deben ser un dialogo entre pares, no un monólogo.