Los adultos mayores a menudo se perciben como perdidos y desinteresados a la hora de usar redes sociales. Pero, ¿las redes sociales son solo para los jóvenes?
Las redes sociales influyen en la vida cotidiana de los jóvenes. Todo el mundo utiliza Facebook, Instagram, Tiktok y Snapchat a diario, pero esto tiene consecuencias en la identidad personal de los jóvenes adultos. Ante las expectativas de estas redes, los jóvenes exponen su vida privada a sus seguidores en un intento de conseguir el mayor número de visitas, likes y comentarios.
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El 94,5% de la población española de 16 a 74 años aproximadamente 33,5 millones de ciudadanos usó internet en los tres meses anteriores a la última encuesta anual del Instituto Nacional de Estadística sobre equipamiento y uso de las tecnologías de la información, que se realizó entre abril y agosto de 2022 y se publicó el pasado 29 de noviembre.
En cuanto a la utilización de redes sociales durante ese periodo, el 63,2% de la población con edades comprendidas entre los 16 y los 74 años participó en las de carácter general, como Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, etc. un porcentaje ligeramente inferior al registrado en 2021, que fue del 64,7%.
Las generaciones más jóvenes fueron, sin duda, las más activas en ellas. Así lo corrobora el dato de que cerca del 93% de la población española de entre 16 y 24 años utilizaba algún tipo de red social. Así mismo, la segunda franja de edad con mayor número de usuarios era la de aquellos de entre 25 y 34 años, con más de un 80%.
El interés de los españoles por Instagram, Twitter y compañía desciende a medida que la edad aumenta. Así, algo menos de la mitad de los españoles de 55 a 64 años participó en redes sociales, mientras que sólo cerca de tres de cada diez personas de 65 a 74 años se animaron a hacerlo.
CONSECUENCIAS DE UN MUNDO VIRTUAL
La depresión y el suicidio son consecuencias de las redes sociales entre los adolescentes. Cuando los adolescentes utilizan regularmente las redes sociales, es probable que tengan una imagen corporal negativa. Muchos jóvenes tienen baja autoestima, ya que se comparan con otras personas, especialmente con personas influyentes. Estas personas se aíslan y caen en la depresión al no sentirse capaces de hacer frente a la situación.
El ciberacoso también es una consecuencia negativa de las redes sociales para los jóvenes adultos. En efecto, muchas personas reciben mensajes de odio e insultos en las plataformas digitales, lo que empuja a algunas personas a desvalorizar.
Con las redes sociales, los adolescentes son cada vez menos sociables. Internet amenaza la cohesión social porque ha cambiado el comportamiento de las personas haciéndolas cada vez más autónomas. Los adolescentes toman decisiones según sus propios deseos y ya no por el bien de la sociedad. Quieren imponer sus propias reglas y vivir según sus propias ideas.
Este aumento del individualismo debilita los vínculos sociales, puesto que el individuo ya no siente pertenencia a los grupos sociales. A los jóvenes les resulta difícil comunicarse cara a cara, prefieren hablar a través de sus smartphones. Entre el narcisismo y el acoso, los adultos jóvenes se enfrentan a la ansiedad, la depresión y el suicidio. Facebook, Instagram y Twitter perturban así la salud mental de los consumidores. Por ello, sigue siendo necesario estudiar el impacto de las redes sociales en los adolescentes.
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