Hasta hace no mucho, las referencias hacia el Real Madrid tenían que ver con un equipo todopoderoso en Europa, que plantaba miedo en cualquier lugar donde se paraba y que hacia validos los pronósticos en su competencia fetiche, la Champions League.
Sin embargo, la actualidad del equipo es triste, gris y con más preguntas que respuestas; en ocho días quedó eliminado de todas las competencias que disputa y lo peor de todo es que fue de local, en su legendario estadio, en el temible Bernabéu.
Incapaz de marcar goles y hasta en ocasiones hilar pases, el Real Madrid enfrenta un bajón natural luego de cosechar de manera consecutiva tres orejonas, un escenario al parecer previsto por la última gran figura merengue, Cristiano Ronaldo, quien buscó por todos los medios posibles salir de la institución en el verano pasado.
No solo él, también Zinedine Zidane, el francés quien es parte del selecto grupo que ganaron la Champions como jugador y entrenador en un mismo equipo; el exentrenador blanco acusó falta de ideas para mantener motivado y competitivo a un plantel que se le exige todo, y casi siempre con los elementos para cumplir con el mandato de ganar, golear y gustar.
La exhibición mostrada en la última semana pondría en dudas el palmares más que brillante de una institución que tiene a la victoria y el glamour como parte de su ADN.
El Madrid es el máximo ícono del futbol, por su historia, tradición, jugadores, estilo de juego, excentricidades y demás adjetivos calificativos que se quieran añadir a la oración; se trata de una institución que ha tenido como huéspedes a la mayoría de los mejores jugadores del planeta.
Aquel capaz de ganar en condiciones desfavorables e incluso en ocasiones injustas; ese que vio como un argentino de gran clase, de nombre Alfredo Di Stéfano se convirtió en leyenda, ese que tiene al máximo ganador de Champions como jugador en la historia, el gran Paco Gento; ese que vio como Eusebio en vez de cargar la orejona tras vencer al Madrid con el Benfica, fue con su compañero Coluna para pedir la camiseta a Di Stéfano, ese que vio a un mexicano conquistar a base de chilenas a un público que no lo aceptaba por su pasado colchonero, el pentapichichi Hugo Sánchez, o ese que le regresó la grandeza a un fenómeno y volvió galáctico a un grupo de estrellas.
Ejemplos como los anteriores sobran, nombrar a todos los grandes jugadores y rememorar las hazañas nos tomaría mucho tiempo.
Sin embargo, ese mismo conjunto ganador e implacable celebra su aniversario 117 en las penumbras y cabizbajo, con el ego herido; no obstante, se trata de un mal paso, de una pesadilla de la que pronto despertará, porque así es el Real Madrid, gastará millones y tendrá los nombres más importantes, apelará a su historia y regresará a donde pertenece, a lo más alto a los grandes reflectores.