De acuerdo con medios oficiales, cada dos semanas muere una lengua. De seguir en esta vía, es muy probable que a finales de siglo hayan desaparecido casi la mitad de las cerca de 7 mil lenguas que se hablan hoy en día.
A nivel mundial, un total de 2 mil 540 lenguas están en peligro de extinción, siendo Oceanía la región con más idiomas clasificados como amenazados o en vías de desaparecer, 733 en total, mientras que Asia se mantiene en segundo lugar de la lista con 693, seguido de África con 428 a punto de perder, luego América del Sur (226), América del Norte/Central (222) y finalmente, Europa/Rusia con 148.
De acuerdo con el portal de estadística en línea alemán Statista, los expertos tienen diferentes explicaciones para el declive de las lenguas. Una de ellas es la globalización, así como lo afirma el artículo de investigación de 2014 “Distribución global y factores impulsores del riesgo de extinción de lenguas”, al mencionar el “efecto dominante de un único factor socioeconómico, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, sobre la tasa de crecimiento de hablantes sugiere que el crecimiento económico y la globalización son los principales impulsores de la reciente disminución, principalmente desde la década de 1970 en adelante”.
Uno de los casos más recientes sobre la consumación de una lengua se suscitó en América Latina. Hace unos días, a los 93 años, falleció Cristina Calderón, la última hablante nativa del pueblo yagán, habitantes de los fríos paisajes del extremo sur de Chile. De acuerdo con su hija Lidia González Calderón, su madre aprendió a hablar español a los nueve años, pero siguió conservando el idioma yagán, a pesar de que no fue enseñado a su familia por temor a ser discriminados.
Según la agencia DW, Cristina se había convertido en símbolo de la resistencia cultural de los pueblos originarios chilenos. Los yaganes eran indígenas canoeros que habitaban los canales y costas de Tierra del Fuego y el archipiélago del Cabo de Hornos.
“Soy la última hablante yagán. Otros igual entienden, pero no hablan si saben como yo”, comentó a un grupo de periodistas que la visitó en 2017 en la Villa Ukika.
En un artículo, National Geographic detalló que cada dos semanas una lengua muere y bajo esa cifra, es probable que a finales de siglo hayan desaparecido casi la mitad de las cerca de 7 mil lenguas que se hablan hoy en día a nivel mundial. Algunas de las lenguas amenazadas en Estados Unidos que comparte este medio son: Chemehuevi en .Arizona, Euchee en Oklahoma, Hupa en California, Karuk, en el mismo estado. Así como la lengua Tuva en Rusia y Ala en India.
LENGUAS EN MÉXICO
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, en México existen 11 conjuntos de lenguas cuyas semejanzas estructurales y léxicas comparten un origen histórico común. Las familias lingüísticas son: álgica, yuto-nahua, cochimí-yumana, seri, oto-mangue, maya, totonaco-tepehua, tarasca, mixe-zoque, chontal de Oaxaca y huave.
Ciertamente, México posee hablantes de 68 lenguas indígenas, las cuales están relacionadas con un pueblo indígena. Sin embargo, a lo largo de las 32 entidades que conforman al país, se hablan 364 variantes lingüísticas las cuales representan un importante indicador de la enorme diversidad cultural.
Se estima que en México hay 7.4 millones de personas que hablan una lengua indígena. Las más habladas son el náhuatl con un millón 725 mil hablantes, seguido del maya con más de 859 mil y tseltal con 556 mil. Mientras que las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena son Oaxaca, Chiapas y Yucatán.
Entre las lenguas que se encuentran en peligro extremo de extinción destacan: ku’ahl y kiliwa de Baja California, awakateko de Campeche, mocho´ de Chiapas, ayapaneco de Tabasco, ixil nebajeño y kaqchikel de Quintana Roo, zapoteco de Mixtepec, e ixcateco y zapoteco de San Felipe Tejalápam de Oaxaca.