El impacto que ha tenido el agua alcalina en la vida diaria de las personas, se debe a que se trata de un líquido que asegura impactar de manera positiva en el balance de salud con que cuentan las personas.
Hay tres tipos de agua: la ácida, neutra y la alcalina. Esta última supera el nivel siete de pH, por lo que se supone que su potencial de Hidrógeno es mayor que las dos anteriores, lo que supone es una mayor concentración de minerales que contiene, haciendo más rico su aporte de oxígeno.
El consumo de agua alcalina visto en números nos hace descubrir que en mercados como el de Norteamérica sumó un valor de 365 millones de dólares durante 2017, según estimados de Zenith International y Statista estimates.
Flow Water llevó a cabo otras estudio en Canadá y descubrió que el consumidor está realmente interesado en consumir agua con más propiedades que la simple, porque está convencido que ayuda a su salud y busca más beneficios que una simple hidratación.
Dentro de México, este tipo de agua entra al segmento de agua embotellada que registró ventas durante mayo de 2018, por mil 500 millones de pesos, siendo este el último mes del que se tiene registro por parte del INEGI.
Si bien se trata de un producto con una mejor promesa que el agua simple, el agua alcalina tiene que consumirse bajo un control médico, pues su concentración de minerales puede tener efectos adversos en los consumidores sensibles a estos elementos.
Los beneficios que dice tener el agua alcalina es que ayuda a reducir los ácidos que se generan, por ejemplo, cuando los deportistas tienen una alta actividad física, por lo que el consumo de agua alcalina se convierte en un buen neutralizador de estos componentes (ácido láctico).
Su capacidad antioxidante es otro de los beneficios que se reconoce del agua alcalina, pues impacta en la eliminación de toxinas, lo que a su vez se refleja en la menor oxidación celular.
