En el marco del Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, el cual se conmemora cada 31 de marzo, se busca manifestar la existencia de la comunidad trans dentro de todos los espacios jurídicos, culturales y sociales, así como el derecho a la identidad.
Para la investigadora Lucía Gabriela Ciccia, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, este día representa un acto político para manifestar que aún hay personas a las que se les niega el derecho a la identidad, un derecho humano.
El 25 por ciento de la comunidad trans afirma que ha sufrido discriminación, y un 40 por ciento sintió rechazo de sus padres y su entorno tras descubrir su identidad de género, según datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018, realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
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Ante esto, para Gabriela Ciccia las leyes de identidad de género que les permiten cambiar su nombre de forma oficial en el acta de nacimiento buscan que se les pueda identificar mediante trámites administrativos para ejercer otros derechos y tengan la oportunidad de insertarse en los distintos ámbitos de la sociedad.
Actualmente en México sólo 13 entidades cuentan con una ley de identidad de género, sin embargo, esto aún no logra que se identifique a las personas trans por completo.
“Todavía falta para lograr un cambio cultural que permita entender que la diversidad sexual es una de las diversidades que existen y enriquecen a las sociedades”, así lo afirma Alethia Fernández de la Reguera Ahedo, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Ante la falta de reconocimiento, Alethia afirma que las personas trans, ven afectadas otras de sus garantías humanas como el acceso a la salud, a la protección social y al trabajo.
“Queremos vivir en igualdad, pero una igualdad en la diferencia. La diferencia no implica amenazas, sino saber que somos distintos, que las personas de la diversidad sexual nos permiten entender la valentía para afrontar y trasgredir estas normas de lo binario”, externó.
Para la también coordinadora del Laboratorio Nacional Diversidades es necesario avanzar en el enfoque de derechos humanos que permita garantizar que las personas con estas identidades no binarias puedan salir a la calle y sentirse seguras, estar en un salón de clases sin ser acosadas y que en su entorno familiar no sean maltratadas.
La violencia no sólo está en las calles
Las personas trans sufren de violencia desde la infancia, cuando se descubre su identidad, siendo la familia y la escuela de los principales núcleos en donde se presenta discriminación y rechazo.
“Muchas veces nos enfocamos a las formas extremas de violencia directa que viven las personas trans: asesinatos, violaciones, desapariciones forzadas, pero también tenemos que empezar a atender los primeros espacios de socialización”, considera Alethia.
Situaciones como ofensas verbales, chistes ofensivos, expresiones de odio, agresiones físicas y acoso son parte de la violencia que sufren, así como obstáculos para acceder a un trabajo digno y formal.
“Casi siempre son discriminadas a pesar de que tengan altos grados de escolaridad”, añade.
Asimismo, la encuesta del CONAPRED y la CNDH también reveló que cerca de 25 por ciento de las personas entrevistadas sufrieron discriminación en la atención médica o no pueden acceder a estos servicios; 50 por ciento ocultó su identidad de género frente al personal médico por miedo al rechazo, maltrato y la discriminación.
Aún nos falta reconocer su identidad
Lucía Ciccia afirma que el objetivo de las leyes sobre el género es que las personas tengan la identidad con la cual se identifican y que esto no implique “un juicio, estigmatización o una confesión”.
“Las personas trans tienen problemas de inserción laboral porque se las interpreta como personas no normales. Justamente lo que queremos, a través del marco legal, es normalizar que hay múltiples identidades posibles y que una genitalidad no determina una identidad de género”, insiste.
Ambas investigadoras coinciden en la urgente necesidad de discutir las iniciativas de ley para el cambio de identidad de género de las infancias trans, las cuales han quedado “congeladas” por el desconocimiento y los intereses de grupos que se oponen.
“El espíritu del Día Internacional de la Visibilidad Transgénero es el derecho y respeto a la vida, a una vida digna; es justamente pensar que tenemos derecho no solo a una identidad sino también a una calidad de vida que implica ser respetada”, insiste la académica del CIEG.
Al día de hoy, en la Ciudad de México se permite el cambio de identidad de género y nombre en el acta de nacimiento por medio de un trámite administrativo, pero solo para personas mayores de 18 años.
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