La pandemia sigue causando estragos en la población, de acuerdo con el IMCO más de 600 mil jóvenes, entre 6 y 17 años, han interrumpido sus estudios.
La pandemia sigue causando estragos en la población, en esta ocasión para la educación. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP) al menos 270 mil estudiantes de nivel básico han abandonado la escuela, pero organismos privados como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estiman que 628 mil jóvenes entre 6 y 17 años han interrumpido sus estudios debido a la crisis económica derivada del covid-19; mientras que el Banco Mundial consideró que se trata de 2.5 millones de casos.
De acuerdo a un artículo publicado en junio pasado por el IMCO, antes de la pandemia los mexicanos alcanzaban en promedio, aprendizajes correspondientes a tercero de secundaria; hoy en día, su conocimiento llegará sólo al equivalente de primero de secundaria. Según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo, una disminución de esta magnitud representa un retroceso de 13 años en el nivel de asistencia escolar.
Con base en una gráfica realizada por el instituto sobre la pérdida de los años de escolaridad en América Latina, Chile se encuentra en primer lugar, seguido por Trinidad y Tobago, Costa Rica y México. A nivel nacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno de deserción le podría costar a México un monto acumulado de hasta 136 por ciento del PIB de 2019, lo que implicaría que México dejara de producir hasta 1.7 porcino del PIB cada año.
“Un país con una población que tiene menos habilidades enfrenta dos tipos de costos económicos. A nivel individual, los trabajadores tendrán menor acceso a empleos mejor pagados. De acuerdo con el Banco Mundial, esto hará que el estudiante promedio pierda el 8 por ciento de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva”, indicó el IMCO.
Ante esos datos alarmantes, el IMCO dio a conocer algunas propuestas con la finalidad de evitar que los rezagos del aprendizaje se vuelvan permanentes:
- Generar y publicar datos sobre el abandono escolar, la pérdida de aprendizajes y el bienestar de los alumnos tras la pandemia, con el fin de ser una guía para que autoridades, directores y maestros diseñen planes para bajar el rezago educativo.
- Aprovechar las atribuciones en educación que tienen los estados para diseñar e implementar acciones locales para reincorporar a los alumnos y compensar el rezago económico, que puede ser a través de tutorías.
Por su parte, José Antonio Esquivias de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) estima que en los próximos cinco y 10 años podrán notarse las consecuencias económicas y el impacto productivo para el país a causa de la pérdida de aprendizajes y la deserción escolar.
“El primer golpe será dentro de cinco años, cuando egresen de las universidades aquellos estudiantes que acuden a las escuelas de manera híbrida o que sigan aprendiendo en línea. Toda esa generación de universitarios saldrá con una disminución de aprendizajes y de competencia”, dijo para El Universal.
Ahondó en que es prioritaria una mayor inversión en el sector educativo para la recuperación de los aprendizajes, ya que en los próximos años se tendrán bajos salarios, más empleo informal y mayor violencia en las calles a causa de una disminución en los aprendizajes.