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Hasta siete de cada 10 personas creen que el entrenamiento puede ayudarles a bloquear distracciones
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El 75 por ciento de la gente señala que acabar con estas interrupciones ayuda a mejorar la productividad
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Para la gran mayoría delos individuos, a lo largo de todas las generaciones, el mayor distractor en línea es Facebook
Hay varias estrategias para incrementar la productividad. En ocasiones, basta con que las personas puedan sobrevivir a lo largo del día sin ser víctimas del sueño. Asimismo, es de gran ayuda planificar y organizar con anticipación los pendientes del día a día. También es crucial tener un pensamiento positivo e incluso modificar el espacio de trabajo para optimizar el rendimiento. Pero uno de los factores negativos de mayor peso son las distracciones.
De acuerdo con Statista, desde las conversaciones de los compañeros hasta los cambios en el proceso de trabajo pueden ser grandes distracciones para las personas. A eso hay que sumarle que, como dice Udemy, la abundancia de herramientas digitales también contribuye a romper la concentración, al menos en las generaciones jóvenes.Pero no todo está perdido. Lolly Daskal apunta que hay siete técnicas para poder reducir estos incidentes en el día a día.
Identificar lo que es más importante
Parte del problema de las distracciones es que muchas personas no tienen bien identificadas sus prioridades. Es importante que, antes de comenzar el día, piensen exactamente qué elementos son los más cruciales de la jornada. Una vez que estén identificados, se pueden empezar a eliminar las tareas y actividades más redundantes e inútiles que se pueden dejar.
Comenzar el día con el pie derecho
Para tener una jornada productiva, lo mejor es que las primeras horas de cada día sean tan ocupadas como se desea que sea el resto del día. Una vez que se fija un buen ritmo de trabajo, es mucho más fácil mantenerlo. Por otro lado, empezar con distracciones tiene el efecto contrario. Eso sin contar que es más difícil subir la intensidad que sostenerla.
Desarrolla un plan de trabajo
Las distracciones aparecen para llenar los espacios no-definidos de la agenda. Cuando hay momentos muertos, o no hay claridad sobre el camino a seguir, es cuando las personas empiezan a procrastinar más de lo usual. Es fundamental, entonces, tener una guía de actividades diarias. Ésta puede irse ajustando a lo largo del día según sea necesario.
Aprende a decidir entre tareas
También puede ser que las distracciones sean otras tareas que deben hacerse. En ese sentido, es indispensable aprender a tomar decisiones sobre qué actividades hay que priorizar. Si algo es importante y urgente, se debe realizar en el momento. Si es importante, pero no urgente, es mejor planificarlo. Algo urgente pero trivial puede delegarse. Todo lo demás se debe desechar.
Establece límites
Muchas veces, las distracciones provienen de los círculos sociales. Compañeros de trabajo, amigos, familia y otras personas podrían querer establecer un diálogo casual en el horario laboral. Es crucial que sepas distanciarte de estas actividades en la oficina. Esto debe ser recíproco: cuando estés en tu tiempo libre, no debes atender actividades profesionales.
Tómate el tiempo que necesites
Estar siempre a las carreras y tratar de sacar todo lo antes posible hace que las actividades sean propensas a errores. Estos, a su vez, pueden convertirse en distracciones de tareas realmente importantes en el corto plazo. Es fundamental darle a cada actividad la atención ideal. Ni menos de la que requiere, ni más de la que es necesaria.
Deja de colgarte en distracciones
La peor forma de perder el tiempo es tratar de atender todas las cosas al mismo tiempo. Es fundamental que las personas aprendan a saber sus capacidades y límites. Esto también implica ser muy consciente de qué tanto puedes abarcar en un momento dado. Aceptar demasiadas asignaciones de una sola vez puede ser una de las fuentes más comunes de distracciones. Volviendo al primer punto: es fundamental priorizar todas las actividades.