La tecnología puede ser la mejor aliada para la educación de las generaciones más jóvenes

Así como la tecnología ha venido a renovar por completo el panorama profesional de un sinfín de industrias, también puede hacer lo mismo en educación

0
637
educación, clase, estudiantes, niños, jóvenes, estudio
  • Se espera que la tecnología pueda provocar cambios en la filosofía de la educación como un todo

  • También se podría revalorar el rol de los profesores como tutores, y no solo como expositores de información

  • Asimismo, se les puede dar mayor responsabilidad y control a los jóvenes sobre su propia instrucción

Es indudable que la educación es la base de la civilización. Ya sea que se trate de crianza, una preparación profesional o buenas prácticas de comportamiento, este proceso de instrucción formal es crucial para el desarrollo de las personas. A pesar de su complejidad real, puede definirse como un sistema para que los individuos puedan obtener conocimiento de una forma mucho más rápida y sencilla. En este sentido, la tecnología es un habilitador incomparable.

Hay varias formas en las que la tecnología y la educación pueden cruzar caminos. De acuerdo con Business Insider, han logrado personalizar significativamente los modelos de aprendizaje. Purdue Education, por su parte, señala que ha logrado que los alumnos y maestros desarrollen una dinámica distinta, más provechosa, en los salones de clase. Todos estos resultados podrían multiplicarse con las tendencias que describe eLearning para el futuro de la industria.

Así pues, no hay duda alguna que la educación y la tecnología se entrelazan de maneras concretas. Sin embargo, muchas de las definiciones que existen son muy generales. No hay duda que hay mayor personalización pero, ¿cómo se traduce al día a día? Lo mismo aplica para la dinámica de alumnos-maestros y otros factores similares. En este sentido, Colegium apunta que hay cinco pasos para usar estas innovaciones en la instrucción de los niños:

Encontrar un problema que resolver por la tecnología

Como en cualquier industria, las innovaciones son fundamentales para facilitar algunos procesos. Sin embargo, pueden ser un verdadero estorbo si solamente se implementan por que sí. Este mismo principio aplica para la tecnología en la educación. Las instituciones y profesionales docentes deben identificar barreras que puedan ser superadas con mayor facilidad gracias a sistemas innovadores. No solo implementarlos para estar en tendencia.

Priorizar el contenido antes que el contenedor

Una vez que se tiene un problema a resolver con la tecnología, hay que recordar cuál es el objetivo principal de esta herramienta. Se trata de que ayude al proceso de educación de los alumnos, no a obligar al uso de herramientas concretas. Así pues, se tiene que implementar la solución de tal manera que no se deje de lado el objetivo didáctico. Si no, de nuevo se estaría creando más una barrera que un verdadero facilitador de la instrucción docente integral.

Realizar capacitación de tecnología para profesores

No solo los niños deben utilizar los sistemas. Es indispensable que los docentes también sepan utilizar a la perfección la tecnología de la educación. De lo contrario, no solo no podrán enseñar a los jóvenes la mejor forma de sacarles el máximo provecho. Incluso se puede provocar un resentimiento entre la plantilla de colaboradores y las nuevas plataformas. La mejor forma de eliminar fricciones es facilitando la interacción entre todos los elementos.

Implementar un cambio gradual

Así como Roma no se construyó en un día, tampoco se pueden implementar un enfoque en tecnología dentro de la educación de un momento a otro. Es crucial que este proceso se realice al tiempo que sea necesario, no a las carreras para cumplir con alguna meta ambiciosa. De nuevo, la principal ventaja de estos sistemas no es su presencia en sí. Sino la forma en la que pueden ayudar a que el proceso de instrucción y docencia sea mucho más fácil y efectivo.

Comunicar correctamente la implementación de tecnología

Los seres humanos tienden a ser reticentes a los cambios. Este tipo de fricciones no pueden desaparecer, pero sí es posible reducirlas al mínimo. Cuando se habla de tecnología y educación, es crucial la transparencia. No solo docentes y alumnos deben tener muy en claro por qué se están empleando estos sistemas innovadores. También es importante que todos los elementos estén bien descritos a la comunidad, como padres de familia y reguladores.