El Triángulo de las Bermudas ha generado muchos mitos. De ellos, también la ciencia ficción se valió para llevar adelante películas y algunas series, sobre todo en las décadas del ’70 y ’80 del siglo pasado. Lo cierto, es que esa zona sí existe y tiene influencia sobre equipos electrónicos.
La misteriosa zona en medio del Océano Atlántico, ubicada entre Miami, Bahamas y Puerto Rico, ha dado cuenta de algunos fenómenos inexplicables, incluyendo desaparición de embarcaciones completas con toda su tripulación, hasta la caída de aviones que pasaban por el lugar. Si bien nadie ha podido brindar una explicación clara sobre qué es lo que ocurre en esta enigmática zona del planeta; científicamente se sabe que existe una brecha inusual en el campo magnético del planeta del tamaño de los Estados Unidos, justo sobre América del Sur y el Océano Atlántico Sur.
Es debido esta inexplicable anomalía que los satélites y aparatos de la Estación Espacial Internacional presentan un mal funcionamiento e incluso se llegan a apagar, cuando los satélites atraviesan esta anomalía, cuya zona de radiación es “más intensa que en cualquier otro lugar en órbita”.
Misteriosa zona que también afecta en el espacio
Esta región del mundo también es conocida como Anomalía del Atlántico Sur o el “Triángulo del Espacio de las Bermudas”, en este sentido el profesor de geofísica en la Universidad de Rochester, Jhon Tarduno dijo que a pesar de que no le gusta usar el término de “Triángulo de las Bermudas espacial”.
La región si presenta una fuerza de campo geomagnético más baja de lo habitual lo que hace que los satélites sean muy vulnerables a la radiación que emite. Debido a esto las naves espaciales pueden resultar gravemente dañadas cuando cruzan esta extraña anomalía.
Genera anomalías en la Estación Espacial Internacional
Cabe señalar que esta extraña anomalía generó un mal funcionamiento de las computadoras de los astronautas de la Estación Espacial Internacional, durante los primeros días en que fue puesta en órbita, obligando a la tripulación a apagar los aparatos a bordo.
De igual forma los astronautas sufrieron los efectos de la radiación, incluso algunos señalaron haber visto extraños puntos blancos frente a sus ojos, por lo que desde entonces las misiones han reforzado medidas para proteger a los tripulantes.
Anomalía crece
Según los científicos de la NASA, Weijia Quang y Andrew Tangborn, la anomalía no solo migra hacia el oeste, sino que continúa creciendo en tamaño, por lo que estiman que en cinco años, podría crecer un 10 por ciento en comparación con los valores registrados en 2019.