Joaquín Cosío Osuna reveló en entrevista con Yordi Rosado sus vivencias de la infancia, cuando quería ser sacerdote y su enfrentamiento con el narco por su papel de “El Cochiloco” en la película El Infierno.
Joaquín Cosío Osuna, actor mexicano reconocido por interpretar papeles como Rubén “Mascarita” en Matando Cabos y “El Cochiloco” en El Infierno, se desenmascaró junto a Yordi Rosado, para abrir su corazón y relatar los momentos más destacados de su carrera, vida personal, infancia, así como su enfrentamiento real con el crimen organizado.
Su destino de interpretar papeles de narcotraficantes lo acompañó desde muy pequeño cuando transitó por ciudades donde los cárteles dejan rastro de su impetuosidad. Nacido en Tepic, transitó por Mexicali y después a Ciudad Juárez, Chihuahua, lugar donde se vive una oleada de violencia que ha generado miedo y caos debido a varios ataques perpetrados por el crimen organizado.
“Mi madre (Marina) murió muy joven, yo tenía un año y medio cuando me fui con mis tías. Somos ocho, al parecer ibamos a ser 12…Mi padre por otras circunstancias, se va mucho antes a la frontera, como era costumbre, de Nayarit a la frontera”, relató en entrevista con Yordi para su canal de YouTube.
Gran parte de su infancia la pasó sin sus hermanos, sólo en compañía de tres tías que lo cuidaron después del fallecimiento de su madre a causa de un embarazo. Sin embargo, no fue hasta los últimos años de primaria que tuvo, por segunda vez, un acercamiento con sus familiares, lo que causó una impresión en él por las diferentes formas de vida que llevaban. Mientras él tenía toda la atención y dormía cada día plácidamente en una cama, sus hermanos habían crecido en un hogar sin tutores y con pocos privilegios.
“Fue una infancia muy curiosa. Ellas me cuidaban mucho y no salía, no tenía contacto con el espacio exterior. Nací en silencio, los amigos me lo administraban mucho”, narró.
ANTES DE ACTUAR QUERÍA SER SACERDOTE
Sin embargo, antes de volcarse por completo a la actuación, en sus deseos estaba el ser sacerdote. Anhelo inspirado por sus tías que iban todas las mañanas a misa. Relató que a la semana asistía de tres a cuatro veces a la iglesia, incluso fue monaguillo
“Yo me iba a confesar como dos veces a la semana, era tal la cosa, que yo llegaba sin pecados porque no había hecho nada malo. Llegaba con el sacerdote y tenía que inventar un poco: no tendí la cama, le grité a mi tía”, dijo.
SU HISTORIA CON EL NARCO
No obstante, a lo largo de la entrevista, uno de los temas más polémicos fue lo que ha dejado con sus papeles de narco. Si bien lo han alzado como un gran actor y llevado hasta Hollywood, también le han traído experiencias complicadas.
Una de sus mejores interpretaciones que lo catapultaron fue “El Cochiloco” de la película El Infierno, cuyo argumento es sobre el negocio del narcotráfico en México. Dirigida por Luis Estrada, aborda la problemática del crimen organizado en territorio nacional, construyendo una crítica negativa hacia el gobierno del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Como consecuencia de ese personaje, además de recibir reconocimiento y prestigio, en una ocasión en un bar de Zacatecas se encontró con narcotraficantes que le confesaron que ellos sí eran los de verdad.
“Llegan unos jovencitos…Esa es la frase más escalofriante que me han dicho: ‘Nosotros como de a de veras’”, resaltó.
En otro momento, pero en Ciudad Juárez, Cosió reveló que recibió una amenaza que atentaba contra su vida. En ese entonces, un hombre lo hostigó en un bar hasta que le dijo que se cuidara, algo que lo dejó helado y perplejo.
“Un rubio muy bien vestido se me acerca y me dice quiúbole, se me acerca y qué pasó, cómo te va…y luego se iba y regresaba. La tercera o cuarta vez yo estaba que me moría. Yo temblando y el tipo volteando a verme, mi amigo con su novia y de nuevo me dice ‘cuídate cuando cruces la puerta‘. Imagina, es la única vez donde comprobé que sí te tiemblan las rodillas”, expuso.