Brasil se volvió este domingo el país más reciente del mundo en dar un giro hacia la derecha extrema; el cambio político más radical, desde que la nación suramericana regresó a la democracia hace más de 30 años.
Obrigado pela confiança! Vamos juntos mudar o Brasil! pic.twitter.com/eeAdr0dc13
— Jair Bolsonaro 1️⃣7️⃣ (@jairbolsonaro) 28 de octubre de 2018
El nuevo presidente Jair Bolsonaro ha enaltecido a la dictadura militar, se ha pronunciado a favor de la tortura y ha amenazado con destruir, encarcelar o forzar a exiliarse a sus opositores.
Ganó al aprovechar el amplio resentimiento hacia el sistema gobernante en Brasil, azotado por un alza en la delincuencia y por dos años de crecientes crisis política y económica, y al presentarse como la alternativa.
Bolsonaro será el presidente de más extrema derecha en la región, donde los votantes han respaldado recientemente a líderes más conservadores en países como: Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Colombia. Se suma a una lista de políticos de ultraderecha en el poder alrededor del mundo, como el vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Con el 92 por ciento de los votos escrutados, Bolsonaro había obtenido 55 por ciento, por encima de su rival Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), quien obtuvo 44 por ciento.
Los brasileños, que se recuperan de la recesión más grave en la historia del país, de un escándalo de corrupción que ha afectado a políticos de todos los colores y de una tasa récord de homicidios, eligieron al candidato que rechazaba el sistema político establecido y, en ocasiones, parecía también rechazar principios democráticos básicos.
La victoria de Bolsonaro cierra así una campaña que dividió a familias, deshizo amistades y desató alertas sobre qué tan resiliente es la joven democracia de Brasil.
Muchos en el país consideran que Bolsonaro tiene tendencias autoritarias; planea designar a líderes militares en varios cargos clave y llegó a decir que no aceptaría un resultado en el que perdiera. Ha amenazado con llenar de allegados al Tribunal Supremo Federal al aumentar la cantidad de jueces, de once a veintiuno, y lidiar con rivales políticos al darles la opción de ser exiliados o exterminados.