Después de 70 años identifican al presunto traidor de Ana Frank, quien podría haber revelado el escondite donde se resguardaba junto a su familia y otros cuatro judíos de la persecución nazi
Para su decimotercer cumpleaños, Ana Frank recibió un diario como regalo, en el cual escribió sus experiencias, pensamientos y hasta cuentos, cuando se ocultó durante dos años junto a su familia para evitar la persecución nazi. Su destino y de otros judíos de Amsterdam quedó marcado por la ocupación alemana que inició en mayo de 1940.
Ante el constante asedio, los Frank decidieron esconderse en los primeros 15 días de julio de 1942. Posteriormente se les unieron otros cuatro judíos: Hermann, Auguste, Peter van Peles y Fritz Pfeffer. Durante 21 meses vivieron todos en un departamento secreto en la calle Prinsengracht 263, lugar que se encontraba detrás de las oficinas comerciales donde su padre –Otto Heinrich Frank– había trabajado como director de una empresa.
Sin embargo, todo cambió el 4 de agosto de 1944, cuando la policía alemana descubrió el escondite. Por mucho tiempo se creyó que las autoridades habían acudido al llamado de una denuncia por parte de un holandés anónimo; pero no fue hasta este año, que una investigación identificara a un notario judío como principal sospechoso de haber traicionado a la entonces joven y autora del conocido diario que se convirtió en un clásico de la literatura de la época.
De acuerdo con la agencia AFP, la investigación fue realizada por un ex agente del FBI en torno a este misterio con poco más de 70 años sin resolver. De esta manera, descubrió que el traidor sería Arnold van den Bergh , quien podría haber revelado el escondite, todo ello según un estudio que duró seis años y fue plasmado en la obra The Betrayal of Anne Frank (La traición de Ana Frank), de la autora canadiense Rosemery Sullivan.
Las acusaciones contra Van den Bergh, que murió de cáncer en 1950, se basan en evidencias incluyendo una carta anónima enviada al padre de Ana, después de la Segunda Guerra Mundial, según extractos publicados por los medios holandeses este lunes.
El Museo de Ana Frank comentó a la agencia que la investigación dirigida por el agente jubilado del FBI, Vincent Pankoke, es una “hipótesis fascinante”, pero advirtió que son necesarias más indagatorias para llegar a la verdad.
Cabe destacar que esta nueva indagación fue realizada con la utilización de técnicas modernas, incluyendo la inteligencia artificial para analizar enormes cantidades de datos. Así, se redujo la lista de sospechosos a cuatro individuos, incluido Van den Bergh, que fue miembro fundador del Consejo Judío, una organización que los nazis impusieron a los judíos para organizar las deportaciones.
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Los investigadores descubrieron que dicho personaje consiguió evitar la deportación, pero que esta orden fue revocada en una fecha cercana a la traición que permitió a los nazis encontrar a la familia Frank.
“No tenemos un arma humeante, pero tenemos un arma caliente con casquillos vacíos a su alrededor”, afirmó Pankoke a la emisora holandesa NOS.
En tanto, para Ronald Leopold, director de la Casa de Ana Frank, aún persisten dudas sobre la nota anónima mencionada y por ello, dijo que es necesario investigar más en profundidad.
“Debemos tener mucho cuidado al anotar a alguien en la historia como la persona que traicionó a Ana Frank, si usted no está al 100 o 200 por ciento seguro de ello”, refirió a la AFP.
ARRESTO Y MUERTE DE ANA FRANK
En 1944, el sargento Karl Silberbauer y dos policías holandeses detuvieron a la familia Frank. La Gestapo (policía secreta) los envío al campo de tránsito de Westerbork el 8 de agosto. Un mes después, las autoridades de la SS (organización paramilitar nazi) enviaron por tren a los Frank y a los otros cuatro judíos que se escondían con ellos a Auschwitz-Birkenau, en la Polonia ocupada por los alemanes.
Después de 48 horas, el tren llegó con mil 19 judíos a bordo, donde separaron a los hombres y mujeres. Al igual que otros individuos seleccionados para trabajar, Ana, Edith (madre) y Margot (hermana) fueron tatuadas con números de prisioneras.
Con información de la organización Ana Frank, a principios de noviembre de 1944, tanto ella como su hermana fueron deportadas al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde las condiciones eran miserables: no había comida y hacía mucho frío; situación que las llevó a contraer fiebre tifoidea. En febrero de 1945, ambas fallecieron a consecuencia de esa enfermedad, primero Margot a los 19 años y después Ana a los 15.
