Derek Chauvin, el expolicía de Minneapolis que dejo sin respirar a George Floyd durante más de 9 minutos en mayo de 2020, fue declarado culpable por el asesinato del hombre afroamericano a manos del abuso policíaco en Estados Unidos.
El exoficial de 45 años fue acusado de asesinato en segundo grado de Floyd, quien fue detenido por presuntamente robar un billete de 20 dólares falso en una tienda, que incluso los agentes guardaron como “evidencia”.
Luego de ser condenado en Minnesota, Chauvin podría pasar hasta cuatro décadas de prisión, sin embargo, las pautas estatales de sentencia podrán reducir su estadía en la cárcel.
Asimismo, el hombre tenía cargos por asesinato en tercer grado, con condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado por el cual podrían darle 10 años más de privación de la libertad.
El pasado 19 de abril el jurado recibió el caso tras tres semanas de testimonios, gráficos de estos médicos, familiares y algunos testigos del abuso policial; incluso el fiscal Steve Schleier aseveró que Floyd “pidió ayuda con su último aliento y no era una amenaza para nadie”.
En mayo de 2020 comenzó a circular por redes sociales el video exacto en el que Floyd fue asesinado a manos de un policía blanco y su comitiva en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos.
El video de 30 minutos con 11 segundos conmocionó al mundo al ver todo el proceso por el cual un ciudadano afroamericano, o cualquier otra raza que no sea blanca, puede vivir ante el abuso policíaco estadounidense: desde que interceptan a la víctima, la amenazan, la someten hasta que llega una ambulancia para llevarse al presunto criminal.
Ocho minutos 46 segundos fue el tiempo exacto que Derek Chauvin estuvo arrodillado sobre el cuello de George Floyd quien murió de asfixia y que en sus últimas palabras de aliento decía: “I can’t breath” (No puedo respirar).
Tras la revelación de estas fuertes imágenes, millones de personas alzaron la voz y retomaron el movimiento #BlackLivesMatter para exigir un alto a los comportamientos por parte de los agentes y el racismo en el mundo.
Asimismo, en medio de la crisis sanitaria por coronavirus, una ola de protestas invadieron las calles de diferentes puntos de Estados Unidos y otros países como Reino Unido y España, con pancartas, marchas, disparos, gases lacrimógenos, incendios y saqueos locales.
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