En la prisión ADMAX de Florence, El Chapo pasa casi todo el día en una celda de 2.13 por 3.65 metros aproximadamente y con una pequeña ventana por donde le entregan una charola con alimentos.
En febrero de 2019, tras un largo juicio en su contra, Joaquín “El Chapo” Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua, luego de ser declarado culpable de 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero. Desde entonces permanece en una prisión de máxima seguridad en Colorado, Estados Unidos, donde recientemente declaró que “el trato recibido es injusto”.
“El trato que recibo es cruel e injusto (…) He sufrido mucho. Me sirven poca comida y a menudo me quedo con hambre. Soy un mexicano de 64 años y fui extraditado de México a Estados Unidos en 2017 “, comienza la carta de siete páginas, escrita en inglés a la que la cadena Univisión tuvo acceso.
De acuerdo con la nota firmada por el periodistas Isaías Alvarado, El Chapo se ha quejado en primera persona en una declaración jurada que se incluye en una nueva demanda civil donde menciona al fiscal general Merrick Garland, al director del Buró de Prisiones (BOP) Michael Carvajal y a funcionarios del penal ADMAX Florence, al cual llegó el capo en 2019. En el documento, este ex narcotraficante describe que entre las medidas tomadas por el gobierno para evitar su escape, se encuentran revisión constantes dentro de su celda, cámaras de vigilancia hasta en el sitio donde conversa con sus defensores legales y un análisis minucioso de las cartas que ha escrito.
“Debido al trato en ADMAX ahora yo padezco dolores de cabeza, pérdida de la memoria, calambres musculares, estrés y depresión. El trato que recibo es cruel e injusto, y me está causando que sufra problemas psicológicos y de salud. Yo rezo para que esta corte intervenga”, mencionó al hacer referencia del tribunal federal de Denver que recibió la demanda en octubre de 2021.
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De acuerdo con la cadena, hasta el momento, el Departamento de Justicia (DOJ) no ha respondido, ya que el juez Michael Hegarty aprobó el pasado 12 de mayo una moción para que lo haga hasta el 15 de junio y programó una audiencia para el 7 de julio. En la prisión ADMAX de Florence, El Chapo pasa casi todo el día en una celda de 7 por 12 pies, que haciendo la conversión equivale a 2.13 por 3.65 metros aproximadamente, y con una pequeña ventana por donde le entregan una charola con alimentos. La celda se ubica en la Unidad H, una zona de máxima seguridad donde lo acompañan convictos por terrorismo.
“Al llegar a este penal, le permitían salir a una jaula en el patio de 9 a 10 horas por semana, pero desde diciembre de 2019 ese tiempo se redujo a 3 horas o nada. Esa jaula de 10 por 10 pies (3 por 3 mestros) es el único lugar donde puede ejercitarse. El gobierno tampoco le permite tener contacto con otros reos, limita sus llamadas telefónicas a cuatro familiares (su madre, su hermana y sus hijas gemelas), impide que los guardias hablen con él y acude esposado de pies y manos a un salón donde lo visita su abogada Mariel Colón Miró”, refiere Univisión.
Lo anterior forma parte de las estrictas reglas conocidas como “Medidas Administrativas Especiales o SAMs”, que imponen a reos peligrosos para evitar que hagan más daño a la sociedad. En resumen, limitan por completo la comunicación con el mundo exterior, aplicadas principalmente a terroristas.
“Estoy descartado de tener cualquier contacto verbal o comunicación con otros presos”, reclamó Guzmán. No tengo contacto humano, más que cuando los guardias ponen y remueven mis grilletes”, lamentó Guzmán.