La UNAM sostiene que el 26 por ciento de los incendios forestales son debido a la quema agrícola, por lo que es necesario poner atención y convencer a estas personas para que dejen de hacerlo.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el planeta 90 por ciento de las conflagraciones son provocadas por actividades humanas, pero en México la cifra asciende a 99 por ciento por la combustión, que genera químicos como el dióxido de carbono (CO2), un potente gas de efecto invernadero, según la investigadora en el área de Sistemas Atmosféricos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la máxima casa de estudios, Blanca Ríos Ramos.
“El 26 por ciento de los incendios forestales son debido a la quema agrícola, por lo que es necesario poner atención y convencer a estas personas para que dejen de hacerlo. Además, tenemos el problema de convertir bosques en áreas agropecuarias y el cambio de uso de suelo contribuye mucho moñas con las emisiones de efecto invernadero como el CO2”, comentó en conferencia virtual.
Ricardo Torres Jardón, también investigador de la UNAM, sostuvo que un efecto de las quemas agrícolas para sitios como la Ciudad de México, es que el humo es transportado por el viento y las emisiones se suman a los contaminantes que son generados en las ciudades legando a niveles atípicos que no corresponden a la química local y generan contingencias ambientales como la registrada la semana pasada.
Ante el olor particular reportado en redes sociales, el experto en físico-química-atmosférica comentó que se debió a quemas en los estados de México y Morelos, cuyas partículas fueron transportadas por el viento, especialmente por la tarde, con lo cual se registraron incrementos en los niveles de CO2 y partículas menores de 2.5 micras consideradas de riesgo para la salud humana.
“Es muy recomendable evitar hacer ejercicio de las 4 a las 7 de la tarde, si son sensibles. Seguramente no nos enfermaremos porque la exposición es corta, pero es molesto estar respirando este tipo de materiales. Es importante hacer mayor presión social con nuestros vecinos, o con quien se pueda, para convencer a quien realiza este tipo de quemas de dejar de hacerlas”, sugirió.
En tanto, Víctor Almanza Veloz, experto en evaluación de modelos de calidad del aire, reiteró que la llegada de polución debido a siniestros (forestales o agrícolas) afectan más dependiendo de la presencia de vientos que faciliten su dispersión, toda vez que su ausencia lleva a una mayor concentración de estos.
Para ahondar en el tema, es un estudio en el que participa el experto sobre la influencia de los incendios en la concentración de contaminantes en ele Valle de México durante la pandemia, reveló que el primer efecto de estos desastres es contribuir a alcanzar niveles altos de ozono y de PM2.5.
“La combustión se debe entender también desde la perspectiva regional, porque no ocurre simultáneamente a nivel nacional; cada región tiene condiciones atmosféricas diferentes que influyen directamente en la cantidad de químicos que respiramos”, apuntó.
Por su parte, Blanca Ríos Ramos recordó que un estudio realizado por expertos del ICAyCC sobre los incendios en México en 2018, reveo que las emisiones de CO2 generadas por la quema de biomasa fueron de 75 mil 436 gigagramos (75 mil 436 millones de kilogramos), lo cual es equivalente a tener 26 centrales eléctricas funcionando durante un año.
