Adriana Martínez Reyes, madre de Salvador Ramos, aseguró que su hijo tuvo sus razones, a pesar de ofrecer disculpas a los familiares de las víctimas.
Este martes se registró en Estados Unidos un siniestro acto en una escuela primaria de Texas. Un joven de 18 años irrumpió en el colegio Robb con una pistola de mano y un rifle AR-15, se atrincheró en un salón de clases desde donde comenzó a disparar. Al menos 21 personas fallecieron (19 de ellos niños y dos maestras). Su nombre era Salvador Ramos, del que apenas se está conociendo su historia.
De acuerdo con la cronología hecha por la cadena BBC, fue un día como cualquier otro que comienza con una mañana soleada, pero que terminó con una masacre. Alrededor de las 08:00 horas, cerca del centro de la ciudad de Uvalde, unos 600 estudiantes de entre 7 y 10 años llegaban a la Escuela Primaria Robb. Las vacaciones de verano estaban cerca, faltaban unos cuantos días y por ello, aprovechaban los docentes para entregar diplomas y premios de fin de curso. Sin embargo, en esa misma mañana unos disparos sonaron en el otro lado de la ciudad; era Salvador Ramos disparando a su abuela de 66 años.
Según declaraciones del gobernador de Texas, Greg Abbott, Ramos, quien sufría burlas en la escuela y venía de una familia disfuncional, ya había publicado sus intenciones en redes sociales: “Voy a dispararle a mi abuela”. “Voy a disparar a una escuela primaria”. Así, con un chaleco antibalas, se subió a una camioneta vieja y se dirigió a la escuela, sin que nadie todavía conozca los motivos.
El reloj marcaba las 11:32 horas local, cuando Salvador Ramos entró a la escuela y comenzó su cometido, el cual duró 45 minutos. De acuerdo con la autoridades, poco después de cumplir 18 años, el joven había comprado dos rifles semiautomáticos, así como centenares de municiones, aunque él había mencionado que se los habían obsequiado por su cumpleaños.
Entre tantos testimonios desgarradores, uno fue el de Elisha Mata, cuyo sobrino estaba en el centro, relató a The New York Times que el personal de la escuela apagó las luces y les dijo a todos que se callaran. En tanto, Marcela Cabralez, una pastora de una iglesia local, narró a Washington Post que su nieta estaba almorzando con otros compañeros cuando escuchó un ruido fuerte proveniente del exterior, incluidos disparos y cristales rotos.
“MI HIJO TUVO RAZONES”: MADRE DE RAMOS
Aunque es evidente que esta masacre no tuvo justificación alguna, Adriana Martínez Reyes, madre de Salvador Ramos, aseguró que su hijo tuvo sus razones, a pesar de ofrecer disculpas a los familiares de las víctimas.
En entrevista, tras salir de la iglesia de la comunidad Uvalde en Texas, pidió a la población no juzgar a su hijo por el violento ataque, pues “él tenía sus razones”. Sobre el cuestionamiento si sabía donde compró los rifles, Adriana aseguró desconocer el lugar, pues “él era un chico bien calladito y no molestaba a nadie”. Aprovechó para desmentir que le regalaron uno el día de su cumpleaños.
“No tengo palabras, no tengo palabras para decir, porque no sé lo que estaba pensando, él tenía sus razones para hacer lo que hizo y por favor, no lo juzguen yo no´más quiero…a los niños inocentes que se murieron, perdóname. ¿Qué les dices a los familiares de ellos? Perdónenme, perdonen a mi hijo, yo sé, él tiene sus razones. ¿Qué razones pudo haber tenido? A que se acercan más a sus niños en vez de poner atención a las cosas, otras cosas malas, yo no tengo palabras, no sé”, dijo.
Mientras que su abuelo, Rolando Reyes, afirmó que desconocía que su nieto portaba armas. En ese sentido, expresó que no le gustan las armas, además de no poder tenerlas en casa por su historial criminal. En caso de haber sabido que tenía armas, aseguró que lo hubiese reportado.
