Pagar por servicios de streaming ha llegado a ser considerado por analistas, como el nuevo gasto hormiga ante la inesperada contingencia por COVID-19.
La contingencia por COVID-19 ha convertido al streaming en uno de los medios más socorridos por marcas y audiencias.
Algo que ha ayudado a que este tipo de plataformas se popularice es la funcionalidad que el medio digital ofrece, al poder reproducir música o videos de forma digital y con la funcionalidad de los dispositivos como smartphones o televisores inteligentes.
Un elemento que ha potenciado la experiencia de los contenidos a través de estos dispositivos han sido los audífonos inalámbricos, las bocinas con conexión bluetooth o las barras de sonido. Cada uno de estos equipos ha propiciado el consumo de este medio digital.
El streaming se está volviendo excesivamente costoso
Debido a la inesperada contingencia de COVID-19, el streaming ha sido un punto obligado para las audiencias, para consumir contenidos y esto se ha debido a que se ha convertido en el único medio que ha podido mostrar música o videos durante el confinamiento al que se obligó por la pandemia del nuevo coronavirus.
Plataformas como Spotify vieron en este momento una oportunidad para ampliar su catálogo de contenidos originales, con fuertes apuestas en la producción de podcast, con la inclusión de personalidades como Michelle Obama e incluso esta apuesta llevó al CEO de la plataforma, Daniel Ek, a criticar a los artistas de generar muy poco contenido y no pensar en la producción de sus canciones en función de tendencias.
La mayor demanda de este tipo de contenidos y las restricciones impuestas en canales tradicionales como las salas de cine, ha obligado a compañías como Disney a estrenar sus cintas en este medio, hecho por el que ha sido criticada por exhibidores de películas, quienes incluso han arremetido contra la publicidad de Mulán, al saber que estrenarán esta polémica cinta en la plataforma de streaming de la compañía.
Es justo esta medida la que ha generado polémica, pues Disney cobrará 29 dólares por permitir a sus usuarios ver la cinta, lo que generó críticas contra la plataforma por el alto costo de esta nueva estrategia de estreno de cintas, que se convierte en un arriesgado modelo, al convertir a un medio tan demandado como el streaming, en algo sumamente caro.