En su última entrevista, Javier Valdez habló sobre lo que implicaba cubrir tanta violencia. A cinco años de su asesinato, la exigencia de familiares y organizaciones representantes sigue siendo la misma: “no a la impunidad”.
El fundador del semanario Ríodoce, Javier Valdez Cárdenas, también corresponsal de La Jornada y escritor, fue asesinado en 2017 con arma de fuego en Culiacán, Sinaloa. Así lo registraron las autoridades, los hechos sucedieron entre las calles Riva Palacios y Epitacio Osuna, a un par de cuadras de las oficinas del medio. Minutos antes, el periodista envió su última nota y participó en el programa El Almohadazo de MVS, con Fernanda Tapia, justamente hablando sobre crimen organizado.
Con información de Artículo 19, en su última entrevista, Javier Valdez habló sobre lo que implicaba cubrir tanta violencia: “Yo creo que me ayuda mucho la indignación, el malestar, el coraje o la tristeza ante tanto hecho violento y tanta injusticia me ayuda a escribir mis historias. Espero no perderlo nunca. Creo que haría mal el no sentir y ser periodista”.
Dentro de su trayectoria profesional, contaba con una larga carrera en el periodismo, incluso fue galardonado con el Premio Sinaloa de Periodismo y el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) en 2011. A su vez, Ríodoce fue galardonado con el premio de periodismo María Moors Cabot de la Universidad de Columbia y en 2013 obtuvo el galardón PEN Club a la excelencia editorial.
Su cobertura se centraba en el crimen organizado y en su impacto en la sociedad. Él escribía una columna todos los lunes bajo el nombre de “Malayerba”, en la cual relataba historias de jóvenes y personas que se han visto envueltos en el narcotráfico.
“Él era un referente en la zona sobre este tema, pero era muy meticuloso. Contaba los hechos tal cual y los contaba como una historia. Nunca le faltó el respeto a nadie. En un estado como Sinaloa no todos se pueden dar el lujo de tocar estos temas con la facilidad con la que él lo hacía”, comentó su amiga y reportera de El Debate, América Armenta.
Empezó a estar más bajo el ojo público por sus diferentes publicaciones, como su libro titulado “Narcoperiodismo”, donde escribió sobre la infiltración del crimen organizado en algunos medios de comunicación locales. En una entrevista para Index on Censorship, Javier relató al respecto: “Esto ha hecho nuestro trabajo mucho más complicado y ahora nos tenemos que proteger de políticos, narcos e incluso periodistas”.
De hecho, un día dejó escrito en un tuit el riesgo de cubrir los temas de narcos, crimen organizado y violencia en general. Tras el asesinato de la periodista Miroslava Breach, este señaló “A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”.
A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio.
— Javier Valdez (@jvrvaldez) March 25, 2017
Hoy en día, a cinco años de su asesinato, la exigencia de familiares y organizaciones representantes sigue siendo la misma: “no a la impunidad”. Su caso se suma al de más servidores de la información ejecutados. Prueba de ello, son los ahora 11 periodistas asesinados en México, en lo que va de 2022 y los más de 30 casos que suman en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. Bajo ese argumento, según Artículo 19, cada 14 horas se registra una agresión contra la prensa, sumando 644 ataques documentado en todo el año.