Investigadores de EE UU han encontrado una molécula que rejuvenece los cerebros envejecidos y permite recuperar la memoria
La cura del Alzhéimer podría estar muy cerca, esto debido a un descubrimiento hecho por científicos de Estados Unidos.
Con este hallazgo se puede recuperar la memoria en cerebros envejecidos, por lo que este es un gran avance aunque solo se haya visto en ratones.
Esto podría ser el inicio de una cura contra la enfermedad devastadora y con una incidencia a la alza a nivel mundial como lo es el Alzhéimer, ya que la busqueda de un tratamiento contra esta enfermedad neurodegenerativa es uno de los objetivos que busca la biomedicina.
¿Qué sabemos de la enfermedad?
El cerebro humano es una inmensidad de 100.000 millones de neuronas que forman unos 100 billones de conexiones entre sí. Lo mejor y lo peor de la mente humana surge de esta materia orgánica de apenas un kilo y medio de peso.
Al alzhéimer le llaman la epidemia silenciosa porque comienza a matar neuronas unos 20 años antes de que se manifiesten los primeros síntomas, como la pérdida de recuerdos almacenados en las células cerebrales y sus múltiples conexiones. Para cuando esto sucede ya es imposible detener su avance.
Ningún tratamiento experimental ha logrado revertir la enfermedad y ni siquiera están claras sus causas, por eso cada nuevo descubrimiento que pueda ayudar a regenerar cerebros envejecidos se debe de ver como un paso hacia la cura.
Se debe de partir de la idea que dice que los órganos del cuerpo tienen la capacidad de regenerarse, pero con la edad se empiezan a producir moléculas que entorpecen o anulan esa capacidad.
En experimentos de laboratorio se ha demostrado que algo llamado parabiosis, que consiste en coser costado a costado a una rata vieja y otra joven, por lo que basta para recuperar la fuerza en los músculos, el correcto funcionamiento del hígado o revertir la obesidad.
Sobre una posible cura
De acuerdo con El País, Tony Wyss-Coray demostró que los ratones viejos recuperan la memoria y la capacidad cognitiva tras una simple inyección de plasma sanguíneo extraído a ratones jóvenes. Esto probó que por la sangre corren dos tipos de moléculas: unas están en el plasma joven y activan la regeneración de los tejidos y otras están presentes en el plasma de ratones viejos e impiden esa renovación.
Algunas de esas moléculas del plasma se están probando ya en ensayos clínicos con personas que sufren Alzhéimer moderado. Los primeros resultados adelantados por la empresa Alkahest son esperanzadores, aunque aún no se ha demostrado que puedan frenar ni curar la enfermedad.
Este nuevo estudio muestra que se ha sustituido el plasma por el líquido cefalorraquídeo, la sustancia transparente e incolora que baña el sistema nervioso y el cerebro e intercambia moléculas con ellos. Los investigadores extrajeron este fluido a ratones de dos meses y medio de edad y lo inyectaron en el cerebro a ratones de 18 meses.
Después pusieron a prueba la memoria de esos ratones ancianos, que en condiciones normales no son capaces de recordar una sencilla secuencia de eventos: primero se enciende una luz y después sufren una pequeña descarga eléctrica. Los roedores que recibieron el líquido cerebral comenzaron a ponerse alerta al encenderse la bombilla, por lo que habían recuperado la memoria.
Los científicos han identificado una proteína del líquido cefalorraquídeo joven llamada Fgf17 que es capaz de activar la producción de oligodendrocitos jóvenes por sí sola.
Esta proteína “es necesaria para la formación del encéfalo durante el desarrollo de un embrión, pero no se sabe casi nada sobre su producción y función en los cerebros de adultos y personas mayores”, explica Tal Iram, investigadora de la Universidad de Stanford.
Complicaciones
Uno de los grandes problemas de la búsqueda de una cura para el Alzhéimer es que el cerebro está aislado del resto del cuerpo por una férrea barrera inmunológica y hematológica que hace muy difícil llevar fármacos hasta él.
Usar líquido cefalorraquídeo también puede conllevar dificultades, pues se extrae con una punción en la parte baja de la espalda que atraviesa la columna vertebral hasta llegar al sistema nervioso.
Una opción de evitar esta operación sería usar bombas subcutáneas como las que ya se implantan en la espalda debajo de la piel para inyectar morfina en el líquido cerebroespinal y aliviar así el dolor crónico.