Según la Secretaría de Gobierno de México (SEGOB), casi 81.000 migrantes extranjeros ingresaron al país norteamericano entre enero y noviembre de 2020. En un año marcado por los cierres de fronteras y las restricciones de movimiento debido a la pandemia de Covid19, esta cifra representa menos de la mitad de los más de 175.000 ingresos registrados en el mismo periodo en 2019.
Pero lo que hizo de 2020 un año aún más atípico en cuanto a flujo inmigratorio es que más del 90% de los extranjeros que se presentaron ante las autoridades migratorias mexicanas al ingresar al país provenían del Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Honduras, Guatemala y El Salvador. El destino final de gran parte de quienes participan de las denominadas caravanas de migrantes es, no obstante, Estados Unidos.
En total, la SEGOB registró alrededor de 74.000 llegadas de inmigrantes hondureños, guatemaltecos y salvadoreños a México en los primeros once meses de 2020. Más de la mitad de ellos, unos 38.000 ciudadanos, fueron deportados o asistidos en su retorno a los países de origen.
Honduras y Guatemala encabezan la lista de países tanto en el número de llegadas como en la cantidad de migrantes devueltos desde México. En la última semana de enero, una caravana de migrantes que se dirigía desde Guatemala a Estados Unidos, en su mayoría de origen hondureño, fue reprimida por las fuerzas de seguridad guatemaltecas. La represión estatal, la violencia, el crimen organizado y los problemas económicos son las principales causas por las que estas personas deciden abandonar sus países de origen.
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