Las secuelas por el Covid-19 siguen evolucionando en el mundo, ahora se cree que hay una relación entre el coronavirus y el “tinnitus”, término médico para el constante zumbido en los oídos.
Aunque aún no se comprueba que el tinnitus esté vinculado o no al SARS-CoV-2 ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, los problemas auditivos son comunes en otras infecciones virales.
Asimismo, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, sí lo incluye en la lista de síntomas de “Covid-19 largo”, e incluso algunos informes de casos recientes y estudios señalan que hay un posible vínculo.
De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of International Audiology, el 15 por ciento de los adultos con Covid-19 reportaron síntomas de tinnitus, tras analizar casi 60 informes de casos, ya sea como un nuevo padecimiento o uno que empeoró tras contraer el virus.
“En las veinticuatro horas posteriores a la publicación, hemos recibido alrededor de cien correos electrónicos”, dijo Kevin Munro, un profesor de Audiología en la Universidad de Mánchester y coautor del estudio. “Casi todos eran de personas que decían: ‘Me dio tanto gusto leer sobre esto, porque mi médico pensó que estaba loco cuando mencioné tinnitus y ahora sé que no soy el único’”.
Asimismo, un estudio publicado a finales de 2020 por la revista Frontiers in Public Health señaló que el Covid-19 puede agravar los síntomas de las personas que tenían tinnitus antes de contraer el virus.
Tras encuestar a 3 mil 100 personas con tinnitus, se reportó que el 40 por ciento de los 237 participantes que habían contraído coronavirus reportaron que sus síntomas se “exacerbaron de manera significativa” después de la infección.
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Hasta el momento, hay cerca de 200 causas de tinnitus, entre las que se incluye la exposición a ruidos fuertes, estrés, pérdida de la audición y la perforación del tímpano, pero aún no existe una razón exacta de porque afecta a ciertas personas, por lo que aún no hay una cura.
En algunos casos, los pacientes son tratados por medio de terapias cognitivas, un tipo de terapia oral que busca reconfigurar los pensamiento y comportamiento, o se les asesora para habituarse a la enfermedad.
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