El vino es una de las bebidas alcohólicas que aportan más beneficios a la salud. Aquí te dejamos algunas estadísticas sobre su producción, sus ventas…
Italia, Francia y España agrupan alrededor de la mitad de la producción anual de vino, lo que en 2021 se tradujo en aproximadamente 123 millones de hectolitros. No en vano, se trata de tres de los Estados con la superficie dedicada a viñedos más amplia del mundo. En concreto, todos ellos cuentan con más de 700 mil hectáreas preparadas para este fin, llegando incluso a sobrepasar las 960 mil hectáreas en el caso del país ibérico.
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Además, entre los tres suman más de 1.200 denominaciones de origen, 750 solo dentro del territorio galo, y una cifra aún mayor de marcas. No sorprende que estas naciones europeas sean, precisamente, las principales exportadoras de vino, ni que supongan los destinos líderes en lo que a enoturismo se refiere.
Desde 2003 la superficie dedicada a viñedos a nivel mundial ha experimentado una tendencia decreciente general, pasando de cerca de 7,9 millones de hectáreas a unos 7,34 millones en 2019. La situación, según las últimas previsiones, no cambió en 2020. A cierre de dicho año, la superficie de viñedo había descendido en más de 10 mil hectáreas, situándose en torno a los 7,3 millones.
Este sector mueve más de 300 mil millones de dólares estadounidenses cada año, siendo 2020 la primera vez que bajó de dicho umbral en más de una década a consecuencia del cierre y posterior limitación de aforos de bares y restaurantes. Las consumiciones fuera de casa han sido tradicionalmente la principal fuente de ingresos del mercado del vino y se prevé que lo sigan siendo en el futuro.
En 2020, el mercado mundial de vino generó unos ingresos de aproximadamente 290,500 millones de dólares estadounidenses. Esto supuso un decrecimiento de más de 60 mil millones con respecto al año anterior, una caída que, muy probablemente, estuvo relacionada con la crisis vinculada a la pandemia de COVID-19.
En 2021, sin embargo, se registró una notable mejora. En concreto, la industria vinícola ingresó cerca de 306.200 millones de dólares en dicho año y, según las previsiones, esta cifra no va sino a incrementarse en el futuro hasta situarse por encima de los 450.500 millones en 2025.
El vino es una de las bebidas alcohólicas de mayor popularidad en la actualidad. Su frecuente uso en el ámbito culinario y los probados beneficios para la salud cardiaca, intestinal y cerebral de su ingesta moderada han contribuido al auge de un consumo que, de media, supera los 240 millones de hectolitros. Este jugo lleva siendo parte de la sociedad desde tiempos remotos.
En los montes Zagros, se encontró una vasija que se remonta al 5.400 a.C. Lo que sí ha evolucionado son las diferentes técnicas usadas para su elaboración que han ayudado a mejorar su calidad, así como han favorecido la aparición de opciones aptas para todos los bolsillos. Estos cambios se han visto reflejados en el aspecto económico.
La fama y el reconocimiento internacional han desempeñado, sin duda, un papel clave en el crecimiento general experimentado por las exportaciones de vino durante los últimos veinte años. Eso no quita, que otros países como Chile y Australia, que dedican la mayor parte de su producción al comercio exterior, también se hayan convertido en piezas de relativa importancia dentro del mercado.
Esta estadística refleja la evolución anual de la producción total del vino en el mundo desde 2011 hasta 2021, expresada en millones de hectolitros. En este último año, la producción estimada fue de 260 millones de hectolitros, lo que supone un ligero decrecimiento respecto al año anterior.
En lo que respecta a la importación, Estados Unidos es uno de los mayores compradores de esta bebida alcohólica fuera de sus fronteras, lo que no llama la atención si se considera la incapacidad de sus bodegas de abastecer la alta demanda de este brebaje por parte de sus ciudadanos.