Hoy es el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo y hoy te contamos cómo es vivir con él.
Según datos de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del 2020, al año uno de 54 niños tienen autismo, lo cual representa un aumento del 10% respecto a 2014, cuando la estimación era de uno de cada 59.
¿Pero, qué es el autismo? Si hacemos la analogía que de que nuestros cerebros son máquinas, entonces los autistas cuentan con un sistema operativo distinto, el cual los hace ver y entender la realidad desde otra perspectiva al resto del mundo. Sin embargo, se sabe poco aún sobre este trastorno.
La ciencia ha demostrado que los cerebros de las personas con autismo son más grandes y que estos eliminan el exceso de neuronas más lentamente que los cerebros neurotípicos. El autismo afecta a los vínculos entre las partes del cerebro que gobiernan las emociones, la información sensorial y el funcionamiento ejecutivo.
De acuerdo con el profesor de la Universidad de Adelphi en Garden City, Nueva York, Stephen Shore, definió al autismo cómo un desafío y un misterio.
“Cuando se conoce a una persona con autismo, se conoce a una persona con autismo; esa experiencia no dice nada sobre el autismo en general”, dijo Shore para CNN, que es una persona con autismo.
“Tenemos que ser conscientes, aceptar y apreciar la increíble diversidad que encontramos dentro del espectro del autismo. Lo que esto sugiere es que tenemos que conocer a las personas con autismo como individuos, en lugar de como un conjunto de características”.
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De acuerdo con la usuaria en Twitter, Alexandra Montenegro, vivir con autismo tiene diversos retos y existen diferentes tipos de autismo.
Y ya puedo imaginarme a mucha gente leyendo esto y diciendo “Pero, Alexandra, todos hacemos eso. Todos mostramos una cara diferente y editada frente a la gente en distintos círculos sociales. Eso no es autista o si no, todos seríamos autistas”.
— Alexandra Montenegro (@sinautocorrect) April 2, 2022
“Ya puedo imaginarme a mucha gente leyendo esto y diciendo “Pero, Alexandra, todos hacemos eso. Todos mostramos una cara diferente y editada frente a la gente en distintos círculos sociales. Eso no es autista o si no, todos seríamos autistas”, escribe
Alexandra describe algunos rasgos de los autistas, los cuales muchas veces pueden causarle sincomocidad social pue sno todos comprenden su comportamiento.
“No son tics, no son manías, es stimming o comportamientos de autoestimulación. Todos los seres humanos lo hacemos pero para las personas autistas es más importante que para el resto. Nos da calma y lo hacemos -OJO AQUÍ- en distintas ocasiones, no sólo cuando estamos estresados”.
Tenemos gestos que salen cuando sentimos estrés pero también otros cuando estamos contentos. Hay stimming feliz. Me pone triste que sea mal visto porque imagínense no poder sentir su alegría a plenitud porque “no es normal”. Lo que pasa en este vídeo me ha pasado mil veces: pic.twitter.com/O2QIr8NQo5
— Alexandra Montenegro (@sinautocorrect) April 2, 2022
“Cuando su primera reacción al enterarse de nuestro autismo es una sonrisa seguida de “pero no pareces” o “no se te nota” como forma de validación, nos están diciendo que nos prefieren haciendo masking con todo el dolor físico y psicológico que eso implica” , describe.
La usuaria habla de un tema importante dentro de este espectro:
“Pasemos a “Lo tuyo es Asperger” o “Tu autismo es funcional”. La primera cosa que necesitamos preguntarnos es de dónde salió la idea de funcionalidad para hablar de TEA, porque es justamente esa noción la que nos ha traído a la separación entre “buen autismo” y “mal autismo”.
“¿Funcional en qué sentido? Hablemos de Hans Asperger y esa vaina a la que alguna vez llegaron a llamar “Síndrome del pequeño Einstein”. Asperger era un psiquiatra infantil austríaco que llevó a cabo investigaciones que terminó publicando en un libro llamado “Psicopatía autista”.
De acuerdo con el científico Asperger, este clasificó a los niños que estudiaba a partir de un criterio eugenésico: ¿Cuáles son prometedores y se pueden adaptar al mundo fascista que estamos construyendo y cuáles merecen morir?, describe la usuaria, aunque estos eran los “anormales ineducables”, los cuales eran enviados a Spiegelgrund, el centro de eutanasia de Viena.
Y en cuanto a los no funcionales se les perdonaban la vida por su inteligencia sobresaliente, una cruda verdad. El desconocimiento a la enfermedad hacía que tuvieran un trato deshumano y con el paso del tiempo se han descubierto infinidad de cosas como que el autismo es un trastorno y este es un espectro, los cuales muestran ciertos rasgos de autismo en cada individuo pero sigue siendo autismo.
“Hay dos peligros en esta forma de entender el TEA. El primero afecta a las personas clasificadas como “más autistas que las otras”, pues refuerza la idea de que su forma de autismo los hace indignos de vivir como el resto”
“El segundo afecta a esos a quienes “no se les nota” porque como pasan por gente neurotípica, les resulta muy difícil recibir las acomodaciones necesarias para facilitar su adaptación a un mundo que no está hecho para ellos”, describe la usuaria.