Aquí una reflexión de cómo hacer periodismo basado en el libro Tinta Roja de Alberto Fuguet, publicado en el año de 1996:
Dentro de los sinónimos de la palabra hacer están construir y formar. Esto, llevado al periodismo, se refiere a la formación que vamos teniendo con trabajos, lecturas, aprender de los experimentados; para así, construirnos en los hacedores e intérpretes de la información. Pero, ante todo lo mencionado, lo que siempre debe permanecer es la pasión y pertenencia; como refiere Vergara a Alfonso, “de qué te sirve tirar todas las noches, si no eres capaz de mirarte al espejo y sentirte bien”.
¿De qué sirve cubrir la fuente para la nota diaria, si no nos sentimos responsables de lo que escribimos? Al igual que como Alfonso, podrán llenarse los bolsillos de dinero y tener una gran casa y un nombre sobresaliente, la cuestión es, si el alma está complacida por lo que narra.
Ante un medio, claro que se debe cumplir con las órdenes de la mesa central; sin embargo, el investigar y escribir es nativo del que se denomina amante de las letras. Considero que el periodista debería pasar por cualquier sección como deportes, espectáculos, política y seguridad para afinar su gusto para especializarse; aunque estar en todos -por un tiempo- te dota de conocimiento empírico y lo fundamental, de contactos.
El primer punto para ser un periodista y así hacer periodismo, y no limitarse sólo con el título. Está en el hábito de la lectura y en su calidad misma, para hablar y escribir bien; la falta de una buena ortografía pone la mano y el pie fuera de la redacción.
La segunda parte de la disposición de aprender, pero no sólo de lo que se lleva en el diario -los temas de agenda-, sino en las “mañas”, formas de comunicarse entre periodistas, la astucia para conseguir la información. Resalto el diálogo de Saúl Faúndez, el cual queda exacto para los que comenzamos en el medio, “a este pendejo voy a tenerle que enseñarle todo”. Sucede que sí, el periodismo como la prostitución se aprende en la calle, es un desarrollo de ley, no ad hoc para la comodidad de hacer periodismo desde casa -comunicados-.
La costumbre va existir, mas no la falta de sorpresa. Te acostumbras y aprendes de la sección o fuente a trabajar, empero, habrá días en que no sólo se hable del informe del gobierno, sino a cubrir la historia de la discriminación de los afromexicanos o qué se yo, aquella que te haga reflexionar e investigar hasta estar conforme. Aunque la conformidad siempre está sujeta a querer mejorar en cómo se narra y de quienes. “Entonces, porque no puedes cubrir el día a día sin acostumbrarte a nuestros amigos. Son los muertitos los que nos alimentan”.
El poder del periodista para continuar aprendiendo y acompañar a los expertos, está en saber venderte, tal como la conversación de Nadia y Alfonso, “cuando uno de verdad quiere algo, lo logra”, la disponibilidad la tiene uno, como individuo.
La tercera parte surge de qué voy hacer para que hablen de mí y después mi trabajo; considero que se centra en ser persistente en querer cubrir un tema, desarrollar una historia, narrar un acontecimiento. El camino está, pero tú decides si empezarlo y darle para delante o simplemente cada milla descansar a observa cómo la vida pasa mientras esperas “la nota”.