Michoacán se ha posicionado como uno de los estados predilectos para los cárteles, siendo Aguililla uno de los casos más sonados por ser un pueblo asediado por el narco. Tal ha sido el abuso, que los habitantes han tenido que intervenir como en la comunidad del municipio de Cherán.
Cherán es una población del estado de Michoacán, localizada en la Meseta Purépecha, donde la comunidad liderada por mujeres tuvo que levantarse en armas en 2011, para defender el bosque de los alrededores de los madereros ajenos a la población. Sostienen que el aguacate que es cultivado por los “taladores”, reduce el suministro local de agua y eso atrae a los cárteles del narcotráfico, quienes buscan dinero mediante extorsiones.
De acuerdo con medios locales, la población estaba cansada de los homicidios y secuestros que ya era rutina en su pueblo, así como los cobros de extorsión a pequeños negocios que “pedían hombres enmascarados”. David Ramos Guerrero, un integrante de la junta agrícola autónoma, asegura que los agricultores han acordado una prohibición total de las plantaciones comerciales de aguacate, pues dice “lo único que trae es violencia”.
“Sí se les permite tres, cuatro, cinco o hasta un máximo de 10 plantas para uso únicamente comestible para la comunidad, pero como negocio no está permitido”, comentó en entrevista con SinEmbargo.
Durante un recorrido en patrulla, David observó un valle prácticamente deforestado en un municipio vecino; árboles enfilados de aguacate se formaban en las laderas desnudas donde antes se encontraban pinos y abetos, mismo que mantenían fresca la montaña, pues servían de protección contra el calor y la evaporación.
“Esta es una isla, Alrededor de Cherán todo está invadido de agucate”, lamentó.
Si bien los cárteles en México se dedican principalmente al tráfico de drogas, también han expandido su modelo de negocio y tratan de ocupar cualquier industria lucrativa como la madera o la siembra de aguacate. Su intención es invadir todo aquello que genere ganancias pese a la aniquilación de seres vivos: plantas, animales y/o humanos.
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David explicó que lo primero que hacen los productores de aguacate es crear estanques para retener el agua para sus huertos, drenando los riachuelos que previamente eran usados por los pobladores en las zonas de la montaña. Sin embargo, luego arriban los cárteles a amenazar a los productores de aguacate.
“Nos hemos dado cuenta de que el aguacate lo único que hace es absorbes toda el agua posible de lo que producen nuestros bosques”, apuntó.
El 15 de abril de 2011, hubo un enfrentamiento en gran parte de la población civil contra los madereros ilegales, el crimen organizado, la policía y los políticos. A todo esto, venció la organización comunitaria y ahí comenzó la jornada de Cherán hacia una democracia directa basada en usos y costumbres, es decir, un autogobierno.
De acuerdo con BBC, los partidos políticos fueron prohibidos porque consideran que han causado división en la comunidad. Cada uno de los cuatro distritos de Cherán eligió a un representante para un concejo del pueblo. Además, se establecieron puestos de control armados en las tres carreteras que llegan al poblado.
Son vigilados por miembros de La Ronda Comunitaria, una fuerza formada por hombres y mujeres que detiene a cada vehículo para preguntar a sus ocupantes de dónde vienen y hacia donde van.
“Hemos aprendido mucho(…) En aquellos primeros días, no sabíamos nada sobre el uso de armas. Pero ahora sabemos cómo pelear, y si los criminales regresan, estamos listos para ellos”, resaltó Heriberto Campos, uno de los fundadores y el coordinador de La Ronda Comunitaria cuyo apodo es el “diablo”.