El cuerpo humano no está diseñado para permanecer sentado por horas. Un estudio de la revista Communications Biology señaló que caminar rápido y constante puede retrasar el envejecimiento.
Sin duda, el sedentarismo no es para el ser humano. Nuestro cuerpo no está diseñado para permanecer ocho horas al día sentado y prueba de ello, es el estudio publicado en la revista Communications Biology, el cual se realizó con una base de datos genéticos para demostrar la relación que hay entre la velocidad al caminar y la edad.
Caminar es una forma de actividad simple y accesible par todas las edades y condiciones de vida, que confiere muchos beneficios para la salud física, mental y social con efectos adversos mínimos. Por lo tanto, tiene potencial como objetivo pragmático para la intervención. El informe publicado por 12 especialistas, detalla haber observado fuertes asociaciones con el estado de salud para el ritmo de caminata habitual o autoevaluado, que se ha asociado con una mejor condición física y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad por todas las causas.
“Con caminantes rápidos que tienen hasta 20 años más de esperanza de vida en comparación con los caminantes lentos. De hecho, se ha demostrado que el ritmo al caminar tiene una asociación más fuerte con la supervivencia y es un marcador de pronóstico sustancialmente mejor para la mortalidad cardiovascular o por todas las causas que otras medidas de volumen de actividad física, dieta o función física”, refiere el artículo.
Es posible que el ritmo de la marcha actúe tanto como marcador como modulador de la edad biológica. Sin embargo, aún se desconoce si el ritmo de marcha está casualmente asociado con indicadores potenciales de la edad biológica. “Aunque la relación entre la longitud de los telómeros de los leucocitos (LTL) y la enfermedad es compleja, la LTL se ha propuesto como un marcador de la edad biológica y se asocia con un mayor riesgo de varias enfermedades relacionadas con la edad; incluida la enfermedad de las arterias coronarias y varios tipos de cáncer”.
La investigación sostiene que estudios anteriores sugieren una asociación de niveles más altos de actividad física y aptitud cardiorrespiratoria con LTL más largos, lo que respalda la hipótesis d que los niveles más altos de actividad física y aptitud cardiorrespiratoria pueden actuar para retrasar los marcadores del envejecimiento biológico.
“En comparación con los caminantes lentos, los que reportaron ser caminadores promedio/constantes y rápidos eran un poco más jóvenes, tenían más probabilidades de no haber fumado nunca y menos probabilidades de estar tomando medicamentos para el colesterol/la presión arterial, tener una enfermedad crónica o tener limitaciones de movilidad. Los caminantes lentos informaron que realizaban menos actividad física y tenían un mayor índice de privación y prevalencia de obesidad en comparación con los caminantes promedio y rápidos”,mostró en los resultados.
Cabe destacar que este análisis se realizó a 405 mil 981 participantes del Biobanco en Reino Unido. Ahora bien, la actividad física se evaluó mediante acelerometría en una submuestra de 100 mil adultos entre junio de 2013 y diciembre de 2015. Se invitó a los participantes a usar un acelerómetro triaxial Axivity AX3 (Axivity, Newcastle, Reino Unido) las 24 horas del día en la muñeca dominante durante siete días consecutivos.