El bitcoin, la criptomoneda más famosa del mundo, pareciera ser una nueva oportunidad dentro del mundo digital para poder seguir comprando objetos por internet, sin basarse necesariamente en el cambio monetario de cada nación, sin embargo, esta podría ser la opción más ecológica.
Los bitcoins se describe como “dinero para internet”, una moneda completamente digital que permite un nuevo sistema de pago en una red consensuada, así lo indica su sitio oficial, pero esto no la exhorta a no ser una de las economías más contaminantes del mundo, en cuanto a energía eléctrica nos referimos.
De acuerdo con el Bitcoin Electricity Consumption Index de la Universidad de Cambridge, se estima el bitcoin consume aproximadamente 143 teravatios por hora (TWh) de electricidad al año, una cantidad mayor que en muchos países y que significa casi el 0.65 por ciento del consumo mundial.
A pesar que este consumo no es superior que en China, donde se consumieron unos 6 mil 543 TWh en el años, Estados Unidos con 3 mil 989 TWh e incluso México con 267 TWh por año, pero lo impresionante es que si el bitcoin fuera un país, sería la 27ª nación con mayor demanda energética del planeta de un teórico 196.
La cibermoneda sobrepasa a países como Noruega, donde se consumen unos 124 TWh de electricidad y Chile, quien consume 74 TWh anuales, y por si esto no fuera suficiente, también que consume mucha más energía que algunas de las mayores empresas tecnológicas del mundo como Google y Facebook, así lo señala el siguiente gráfico de Agencia Statista.
¿Por qué consume tanta energía?
La principal razón por la que las monedas digitales gasten más energía que países enteros industrializados es porque para poder realizar las transacciones de compraventa, estos se realizan por medio de un proceso conocido como minería, donde varios usuarios de internet se encargan de registrar los movimientos del mercado de forma descentralizada en el libro mayor de transacciones de Bitcoin, también conocido como Blockchain.
En el Blockchain se les obliga a resolver acertijos numéricos que tienen una solución hexadecimal de 64 dígitos conocida como hash, la cual le otorga a los mineros algunos bitcoins, pero solo si estos llegan a la solución antes que otros.
¿De dónde viene esta energía?
Según un segundo informe de la Universidad de Cambridge, publicado en septiembre de 2020, el 76 por ciento de los mineros dependen de algún tipo de energía renovable para lograr operar los bitcoins, pero, estás solo representan el 39 por ciento del consumo total de la energía. Las principales energías renovable son:
- Hidroeléctrica. La más común a nivel mundial y utilizada por al menos el 60 por ciento de los criptomineros en Asia, Europa, América del Norte y América del Sur.
- Eólica. En América del Norte y Asia ronda poco más del 22 por ciento, mientras que en América del Sur y el caribe su uso es nulo.
- Solar. Su máximo es 17 por ciento de utilización en las regiones de todo el continente Americano.
No obstante, otras energías como el uso de gas natural, petróleo y carbón siguen teniendo gran fuerza, esta última juega un papel importante en la región de Asia y el Pacífico, coincidiendo en el porcentaje, en términos de uso, con la hidroelectricidad.
Esto no fue una sorpresa para los investigadores de Cambridge, quienes son conscientes que China, que actualmente es el mayor consumidor mundial de carbón, con el fin de garantizar una autosuficiencia eléctrica.
No todo es malo para los Bitcoins
Mike Colyer, CEO de Foundry, un proveedor de financiamiento de Blockchain, señaló para Visual Capitalist, que las minerías de criptomonedas podrían ser parte esencial de la transición del mundo a energías más renovables.
De forma especifica, lo que Colyer plantea que es los bitcoins podrían agrupar instalaciones de criptominería cerca de proyectos de energía renovable, mitigando así los problemas de exceso de suministro de electricidad.
“Permite una amortización más rápida en proyectos solares o proyectos eólicos… porque (de lo contrario) producirían demasiada energía para la red en esa área”, aseguró Coyler.
Si bien aún hay un largo camino por recorrer para las criptomonedas, pero lo que si está claro es que con el paso del tiempo prometen convertirse en una parte esencial de la economía mundial, y posiblemente formar parte de a transición a energías ecológicas.
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