La reina Isabel II subió al trono inglés a la edad de 26 años, cuando su padre el rey Jorge VI falleció. Fueron 70 años los que duró con la corona británica, así fue su coronación.
Elizabeth Alexandra Mary Windsor, mejor conocida como la reina Isabel II, nació el 21 abril de 1926, en Bruton Street, Londres, Reino Unido, su reinado duró 70 años, siendo el 8 de septiembre el día de su fallecimiento.
Coronación…
El acenso a la corona británica de Isabel II vino con la muerte de su padre Jorge VI, quien murió mientras dormía en Sandringham House el 6 de febrero de 1952 por la noche, a la edad de 56 años, esto debido una enfermedad crónica y el estrés de la Segunda Guerra Mundial, su esposo Felipe VI fue el encargado de darle la dura noticia a una joven Isabel.
La entonces princesa se encontraba en Kenia, en un viaje real representando a su padre en la Mancomunidad de las Naciones.
Al morir su padre, Isabel viajaría a su país natal y subir al trono británico, aunque su coronación se llevó acabo hasta 16 meses después.
“Declaro ante ustedes que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”. – Isabel II
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“La época de la coronación podría representarse con el ave fénix. Todo resurgía de las cenizas y mejoraba cada vez más”. – Princesa Margarita, hermana de Isabel II, sobre la coronación.
La organización de la coronación de la reina Isabel II, empezó desde 1952 pero no pudo realizarse hasta 1953, dio inicio con el desfile desde el Palacio de Buckingham hacia la Abadía de Westminster, cabe reslatar que la presencia de los ciudadanos ingleses se calculó en ese momento en más de tres millones de personas a lo largo de las calles.
El desfile fue guiado por la banda de la Brigada de Guardias y por los grupos de las fuerzas armadas de las naciones de la Mancomunidad; los seguían miembros de la realeza extranjera y al final iba la Reina en la famosa Carroza oficial de Oro, esta fue construída en 1762 y pesa cerca de cuatro toneladas, las cuales son jaladas por ocho caballos.
La llegada a la Abadía de Westminster…
Al término de la ceremonia la Reina prestó el Juramento de la Corona, en el cual juró mantener la justicia y el cumplimiento de las leyes en sus dominios, así como defender la fe Anglicana. Posteriormente el Arzobispo de Canterbury untó a la Reina con el santo óleo cuando se sentó en la Silla de la Coronación, ahí recibió el cetro, orbe, manto real, y la corona.
Al finalizar los presentes exclamaron al unísosno:
“¡Dios salve a la Reina!”
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