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Según Coursera, las habilidades blandas son muy solicitadas por las empresas, no solo para llenar puestos de líder
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Alrededor del 93 por ciento de las marcas consideran estas habilidades muy importantes para el desempeño laboral
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A la vez, seis de cada 10 compañías creen que es difícil encontrar candidatos con la mezcla correcta de habilidades blandas
Exactamente qué es lo que define a un buen líder profesional no siempre es un tema claro para todo el mundo. Para algunas personas, se trata de saber enfrentar y erradicar los miedos y así aspirar a mejores oportunidades laborales. Otros individuos más consideran que se trata de invertir en mejorar la productividad a través de una serie de buenas prácticas. Algunos incluso aseguran que se trata de no estar estancado, tratando siempre de tener una buena actitud.
Lo cierto es que ser un buen líder es un poco más complejo que eso. Según KnowledgeHut, requiere no solo tener un carácter fuerte y ser competente en la industria, sino también de tener una sólida integridad profesional. Industry Week apunta que también es indispensable contar con disciplina y un constante sentido de urgencia, de forma que se optimice el tiempo. The Balance además agrega que se debe saber delegar y crear un buen ambiente de trabajo.
Muchas de estas habilidades pertenecen a la categoría de habilidades blandas, o soft-skills. Este término se usa para referirse a las capacidades emocionales o personales de la gente. Aquellas que un líder (y prácticamente cualquier persona) puede desarrollar para mejorar su interacción con otras personas. Son elementos que no ayudan con los elementos técnicos del trabajo, pero son útiles para lo demás. Y según Lolly Daskal, hay cinco que son cruciales:
Un buen líder está consciente de sí mismo
Los mejores equipos tienen a la cabeza a un profesional con la capacidad de evaluarse a sí mismo de la forma más exigente. Lo anterior no solo significa estar siempre buscando cómo superar los logros y estar siempre tratando de ser mejor. También implica reconocer cuáles son sus debilidades y fortalezas, así como cuál es la motivación detrás de todas sus acciones. Este nivel de introspectiva es crucial para muchas tareas colaborativas en la jornada diaria.
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Sabe llevar el mando con inteligencia emocional
Todos los líderes deben saber entender y manejar los sentimientos propios y de su equipo para poder maximizar los resultados. Esto implica reconocer que las personas son seres humanos, con preocupaciones y pensamientos que van más allá del ámbito de trabajo. Lo anterior también significa saber cuándo y cómo presionar o apoyar a la gente para sacar a relucir su mayor potencial. Por ello, es una de las habilidades blandas más difíciles de dominar.
Puede desempeñarse como un líder positivo
Que una persona sepa dirigir a un equipo de personas no significa que la experiencia sea buena para todo el mundo. Así como hay todo tipo de individuos, hay todo tipo de estilos al momento de gestionar a un grupo. Las mejores cabezas son aquellas que logran manejar a su gente a través de buen ánimo, carácter, apoyo y motivación. El miedo y las amenazas también pueden ser útiles para algunos, pero no son ni de cerca la manera de maximizar resultados.
Conoce la importancia de la comunicación
Si hay algo que distingue a los seres humanos del resto de las especies animales es su gran capacidad de colaboración. Y buena parte de este fenómeno tiene que ver con la forma en la que pueden intercambiar información, conocimiento, pensamientos, ideas y sentimientos. Un gran líder está muy consciente que la clave del éxito está basada en buena parte en cómo se conforme el flujo de datos entre el equipo. En especial, que se trate de una dinámica fluida.
No teme ser un líder empático
La capacidad de ponerse en el lugar de los demás es quizá la soft-skill más crucial que puede tener una gran cabeza de equipo. Tan solo ser capaz de escuchar y relacionarse con otras personas permite avanzar mucho en el campo profesional y personal. No solo permite crear relaciones más profundas y ricas con todos los individuos, incluidos posibles clientes. También ayuda a forjar un ambiente laboral mucho más positivo para todas las personas en el entorno.