Felipe de Jesús Ángeles Ramírez, general que sirvió de inspiración para el AIFA, había cumplido 51 años cuando fue mandado a fusilar presuntamente por Venustiano Carranza.
El próximo 21 de marzo se inaugurará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), ubicado en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, Estado de México; convirtiéndose en el nuevo complejo aeroportuario para los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México. El nombre que recibe otorgado por el presidente Andrés Manuel López Obrador deriva del general Felipe de Jesús Ángeles Ramírez, pero ¿quién fue o qué hizo?
Felipe Ángeles nació en el pueblo de Zacualtipán, Hidalgo el 13 de junio de 1868, fue un artillero mexicano popular de la Revolución Mexicana que colaboró con el general Francisco Villa y José Lucio Blanco. Su madre fue Juana Ramírez y su padre Felipe Ángeles Melo, quien ostentó el grado de coronel y combatió contra la invasión estadunidense en 1847 y la francesa en 1862.
Gracias a su beca concedida por Porfirio Díaz, con motivo de los servicios de su padre durante la lucha contra la intervención extranjera, a los 14 años ingresó al Colegio Militar. Más tarde, el 25 de noviembre de 1896 se casó con Clara Krause. No obstante, fue enviado a Estados Unidos para realizar estudios de arquillería. En Francia supervisó el armamento adquirido por el gobierno de México y fue ascendido a mayor, alcanzó la orden de Legión de Honor por sus méritos realizados durante sus estudios.
ESTALLA LA REVOLUCIÓN
Cuando se encontraban en Europa, en México estallaba la Revolución Mexicana, por lo que Felipe Ángeles fue convocado por Francisco I. Madero de regreso al país para ser nombrado director del Colegio Militar y General Brigadier.
A toso esto, Madero le confió una campaña contra la rebelión zapatista, trazando así una estrategia conciliadora que buscaba instaurar La Paz en la región Sur del país, tras la promulgación del Plan de Ayala por parte de Emiliano Zapata.
“Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida, porque la sangre de los mártires fecunda el suelo donde brotan los ideales”, declaró horas antes de enfrentar las balas, la madrugada del 26 de noviembre de 1919.
De acuerdo con el portal del AIFA, sus últimos pasos los dio sin haberse bañado antes, tan pulcro, siempre arrastrando consigo una tía par sumergirse en agua helada al salir del sol, para después rasurarse, recortar las puntas del bigote hasta la perfección. Ritual que explicaba a sus subalternos como aspiración de que la muerte no lo encontrase desaseado.
“En el día de su fusilamiento, el general Ángeles, hijo de militar, nieto de militar, siempre a punto de convertirse en titular de la Secretaría de Guerra, tenía 34 años de portar uniforme. Cuatro hijos. Deudas. Una historia de novela. Una vida donde la lealtad estuvo, siempre, por encima de cualquier conveniencia o tentación. Y la rebeldía, el desasosiego, la búsqueda de Dios, el amor a la patria, presentes”, se lee en la biografía del hombre que sirvió de inspiración para el nuevo aeropuerto, disponible en la página del AIFA.