Los emojis se han convertido en una parte importante de nuestro día a día. Sin embargo no todos se sienten identificados, ¿existe diversidad?
Los emojis, mejor conocidos como caritas sonrientes o emoticones se usan en todo el mundo y han cambiado la forma en que nos comunicamos entre nosotros, pero no siempre representan a todos. Ya sea en las redes sociales o a través de aplicaciones de mensajería, los emojis ya son una parte integral de la comunicación diaria.
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Para la mayoría de los participantes, los emojis son herramientas importantes tanto para compartir aspectos significativos de su personalidad como para dar paso a conversaciones constructivas sobre temas culturales y sociales del momento.
Estas pequeñas imágenes digitales permiten comunicar emociones que no siempre se pueden expresar con palabras. Con su uso cada vez más frecuente en los últimos años, la variedad de emojis ha crecido paulatinamente para ofrecer más diversidad e inclusión de identidades, intereses, culturas y sentimientos.
Según el último informe “Global Emoji Diversity & Inclusion”, de la empresa de software estadounidense Adobe, los usuarios continúan sintiendo un déficit de representación en el teclado. Durante la encuesta, en la que participaron 7 mil usuarios frecuentes de emojis en siete países, más de ocho de cada diez manifestaron su deseo de contar con pictogramas más inclusivos y apenas la mitad dijeron sentirse identificados con las opciones actualmente disponibles.
Para salvar la brecha existente, hasta un 78% cree que más opciones de personalización, tales como estilos de cabello, tipos de cuerpo o prendas especiales, serían un avance. De los usuarios pertenecientes a la Generación Z, el 79% dijo haber personalizado sus emojis para que se ajustaran mejor a sus identidades.
HISTORIA
Los emojis se originaron en Japón a finales de la década de 1990 y se introdujeron en los dispositivos de Apple en 2008. Su función principal es replicar en mensajes electrónicos las señales emocionales que normalmente existen en la comunicación de persona a persona. Inicialmente, los emojis de personas presentaban un tono de piel. Aunque se suponía que los emojis eran para uso de todos, el diseño predeterminado parecía caucásico. Sin embargo, una conversación entre una madre y su hija ayudó a cambiar eso para siempre.
Katy Parrott presentó cinco tonos de piel diferentes, e incorporó opciones de emoji más neutras en cuanto al género, birraciales, orientadas a la pareja y orientadas a la familia. Parrott incluso incorporó una variedad de peinados, como moños espaciales, trenzas cuadradas y rastas, y diferentes texturas de cabello negro en sus emojis.
Parrott también incluyó diversos apretones de manos y gestos, como chocar los puños y chocar los cinco, todos los cuales se presentaron en parejas de diferentes tonos de piel, un claro guiño a la unidad. También hay un “Emoji del Orgullo de la Discapacidad” creado con el difunto líder de los derechos de las personas con discapacidad Greg Smith.
La mayor diversidad de los emoji es significativa por la forma en que estos caracteres han sustituido a las palabras en gran parte de la comunicación digital y traspasan las barreras lingüísticas. La representación mediante emoji valida la identidad, según algunos de los expertos culturales, en un estudio de Unicode, el 92% de la población mundial utiliza emoji en Internet.
Pero tanto Unicode como los gigantes tecnológicos han tardado en añadir una colección más diversificada de emoji, a pesar de años de críticas de los usuarios. Pasa meses evaluando las nuevas propuestas de emoji, que frecuentemente son presentadas tanto por empleados tecnológicos como por usuarios normales. En los últimos años, han adoptado imágenes que representan a mujeres en funciones profesionales, como médicos, para responder a las críticas de que los símbolos reforzaban los estereotipos de género.