La renuncia silenciosa es una actitud laboral que es tendencia en redes sociales. Pero, ¿las personas de latinoamérica están conformes con su trabajo?
A principios del 2022 la Organización Mundial de la Salud reconoció el síndrome de burnout o “síndrome de desgaste ocupacional” como padecimiento profesional, incluyéndolo entre los problemas principales de salud mental en su Clasificación Internacional de Enfermedades. Algunos de los síntomas del estrés laboral crónico pueden ser: agotamiento físico y mental, falta de concentración, dolores de cabeza, sentimiento de frustración y problemas de comunicación con los jefes o compañeros.
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La renuncia silenciosa o “quiet quitting” es una actitud laboral que es tendencia en redes sociales e implica hacer lo justo e indispensable en el trabajo y el mínimo esfuerzo para no ser despedido. Algunos especialistas señalan que es una forma de afrontar el estrés y el agotamiento cuando no se está conforme y renunciar no es una opción o no se encuentran alternativas atractivas.
Según datos de la Encuesta Global de Actitudes de Beneficios, América Latina, realizada por la consultora WTW entre fines de 2021 y principios de 2022, el 56% de los empleados latinoamericanos consultados planea quedarse en su empleo actual y no cambiaría de trabajo si pudiera, frente a un 45% que está abierto a nuevas propuestas o planea marcharse.
Los principales motivos que encuentra este segundo grupo para buscar nuevos rumbos son el salario, avanzar en la carrera y obtener seguridad en el empleo. De acuerdo con el estudio, los trabajadores que están abiertos a ofertas son más propensos a sentir agotamiento y experimentar ansiedad o depresión. Los empleados con problemas de bienestar están menos comprometidos, pierden más días de trabajo y se sienten más cansados.
Un informe elaborado por el Banco Mundial y el PNUD, Recuperación desigual en América Latina y el Caribe, muestra que la brecha de género en la participación laboral en ALC sigue siendo muy elevada. Ya en 2020, un informe anterior que utilizaba datos de la Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia mostraba que las mujeres de ALC habían tenido un 44 % más de probabilidades de perder su empleo que los hombres.
Un porcentaje alto de trabajadores por cuenta propia suele estar asociado a mayores niveles de informalidad laboral, en especial en las regiones en desarrollo. De acuerdo con los datos de la OIT, más de cinco de cada diez trabajadores latinoamericanos y caribeños están empleados en condiciones de informalidad en esta región, también conocidos como empleos en negro o en compañías que no están debidamente registradas. Esta proporción es aún más alta en América Central y el Caribe, en comparación con el resto de Latinoamérica.
Un dato curioso es que los empleados de América Latina son los que más valoran la seguridad psicológica en su lugar de trabajo. Como refugio frente a la agitación política exterior. Para los trabajadores de Europa, es la equidad. En Estados Unidos y Canadá, la comunidad impulsa el compromiso de los empleados. En Asia y Oriente Medio, un equilibrio sostenible entre trabajo y vida privada es lo que más influye en la experiencia de los empleados.