La Cámara de Diputado de México ha aprobado una reforma, en su Ley General de Salud, para cambiar las etiquetas de productos procesados con alto contenido en azúcares y grasas saturadas. Esta nueva legislación impone el etiqueta frontal y con mensajes de advertencia con el objetivo de brindar información nutricional más clara y reducir los altos índices de sobrepeso que afronta el país.
En México, según datos de la Secretaría de Salud, la obesidad afecta al 32,4% de la población y el país es el segundo con mayor índice de sobrepeso tras Estados Unidos. Así que con esta reforma, México se convertirá en el tercer país de Latinoamérica que implementará advertencias en las etiquetas de alimentos y bebidas no alcohólicas, después de que Chile lo hiciera en 2016 y Perú en este mismo año.
La medida obtuvo 458 votos a favor
Esta nueva reforma fue aprobada por la Cámara Baja con 458 votos a favor y dos abstenciones y, una vez revisada por el Senado, la reforma obligará a que todos los productos envasados que salgan a la venta incluyan etiquetas negras con una advertencia sobre sus contenidos: “Alto en sodio”, “Alto en grasas saturadas” y “Alto en calorías”.
Tal y como se desprende de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del año 2016, el 76 por ciento de los mexicanos desconoce el número de calorías que debe consumir al día y el 46 por ciento admite que no comprende el etiquetado nutricional. Es por eso por lo que Miroslava Sánchez Galván, diputada de Morena, al presentar la moción en el pleno, ha expresado que “el etiquetado es la única fuente de información con la que cuenta el consumidor y debe ser comprensible”.
El 28,9% de los adultos mexicanos sufre obesidad
Como ya hemos indicado, México es el país de Latinoamérica con el índice de obesidad más alto en la población adulta. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 28,9% de los mexicanos mayores de 19 años la padece y el 14,8% de los jóvenes mexicanos de entre 5 a 18 años es obeso.
La moción que se ha votado en México sigue los pasos de la que se hizo en Chile y solo regulará el etiquetado frontal para que los valores de referencia sean comprendidos por toda la población.