El ultrasonido enfocado, mediante el cual se puede para administrar fármacos directamente al cerebro, no es una idea nueva y se ha utilizado como tratamiento médico desde la década de 1950.
Un hombre llamado Michael Butler, de 63 años, lleva su cabeza afeitada desde hace tres meses, cuando se sometió a una cirugía de craneotomía para extirpar la mayor cantidad posible de un tumor cerebral agresivo del tamaño de una ciruela. Hoy, es parte de un ensayo clínico que prueba un nuevo método para administrar fármacos directamente al cerebro, con una técnica de nombre “ultrasonido enfocado”.
De acuerdo con el artículo de National Geographic, los expertos consideran que esta tecnología terapéutica algún día revolucionará la medicina del cerebro para una variedad de condiciones imposibles o difíciles de curar, desde el cáncer de cerebro hasta el Alzheimer, Parkinson y la esclerosis amiotrófica (ELA).
“En el caso de Butler, el procedimiento está diseñado para administrar medicamentos que intentarán destruir cualquier célula cancerosa que quede después de la cirugía. La extirpación completa mediante cirugía no era posible sin dañar gravemente el resto de su cerebro. El ultrasonido enfocado es su única oportunidad de prolongar la vida con glioblastoma, una forma catastrófica de cáncer que es increíblemente difícil de tratar”, detalla NatGeo sobre el caso de Michael.
Para el director del Centro de Oncología Intervencionista de los Institutos nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), Brad Wood, el ultrasonido enfocado es “medicina de ciencia ficción que rápidamente se esta convirtiendo en no ficción”. Este nuevo procedimiento lleva las drogas al cerebro superando un obstáculo importante: la barrera hematoencefálica, una fina capa protectora de células que recubren los diminutos vasos sanguíneos que protegen el órgano más privilegiado del cuerpo humano.
El desafío es que el cerebro al ser muy frágil, cualquier daño sería irreversible, hecho por el cual los cirujanos quieren nuevas estrategias para eludir la barrera hematoencefálica. El medio explica que métodos como la inyección quirúrgica se han probado en el pasado, pero crean incisiones en la piel, orificios en el cráneo y el paso de instrumentos a través del cerebro, lo que implica el riesgo de infección, sangrado, hinchazón y daño cerebral permanente.
“Al tratar el cerebro, también debemos recordar a la persona. Tratar el corazón, las extremidades o los pulmones no cambiará la personalidad, la memoria o el afecto de una persona, pero dañar el cerebro sí”, refiere Nip Lipsman, neurocirujano y científico del Programa Hurvitz de Investigación de Ciencias del Cerebro.
Por lo anterior, el ultrasonido enfocado, que no es invasivo, es considerado muy atractivo, pues numerosos equipos de todo el mundo han demostrado ahora que abrir la barrera hematoencefálica con ultrasonido es seguro y factible, por lo que el próximo obstáculo es demostrar los beneficios médicos.
Un elemento importante a considerar es que el ultrasonido enfocado no es una idea nueva y se ha utilizado como tratamiento médico desde la década de 1950. Desde hace 15 años, los médicos lo utilizan para destruir los fibromas uterinos y el cáncer de próstata y su agrandamiento. Actualmente, el procedimiento se aplica a más de 160 enfermedades y afecciones en diversas etpas de investigación y comercialización