Una ventaja de la energía solar, es que al ser barata de producir también significa que es barata de consumir. De esta manera, el consumidor que opta por un módulo fotovoltaico en su casa, ve una disminución de hasta el 90 por ciento en la factura de la luz.
Para empezar, hay que entender que la energía solar es renovable, obtenida a partir de la radiación electromagnética del sol, la cual resulta inagotable. Esta se puede captar a través de células fotoeléctricas, que conforman los paneles fotovoltaicos, heliostatos o colectores solares, los cuales posteriormente la transforman en energía térmica.
“Las células solares fotovoltaicas convierten la luz del sol directamente en electricidad por el llamado efecto fotoeléctrico, por el cual determinados materiales son capaces de absorber fotones (partículas lumínicas) y liberar electrones, generando una corriente eléctrica. Por otro lado, los colectores solares térmicos usan paneles o espejos para absorber y concentrar el calor solar, transferirlo a un fluido y conducirlo por tuberías para su aprovechamiento en edificios e instalaciones también para la producción de electricidad”, explica el portal Acciona.
Dentro de sus principales beneficios está el proporcionar calor mediante espejos, de manera que los rayos del sol se concentran en un receptor que alcanza temperaturas de hasta mil grados centígrados. El calor se utiliza para calentar un fluido que genera vapor, “este finalmente mueve una turbina y produce electricidad”.
De acuerdo a un artículo de National Geographic, debido a la actual dependencia humana de los combustibles fósiles, el planeta ya se ha calentado más de 1 °C en comparación con los periodos preindustriales. En el sexto informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su siglas en inglés), se sitúa a la quema de combustibles fósiles como uno de los principales responsables del calentamiento global.
“Por ello, la inversión de fuentes de energía limpia es una de las principales acciones recomendadas para el desarrollo sostenible, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU)” se lee en el artículo.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) refiere que la energía solar y eólica deben ser prioritarias en el sector energético durante los próximos ocho años, es decir, hasta 2030. “Esto responde al objetivo de limitar el calentamiento global a un máximo de 1.5 °C, como se estableció en el Acuerdo de París celebrado en 2015.
“Una investigación publicada en 2017 en Nature realizó una medición estimada de la cantidad de gases de efecto invernadero que se emitirían a lo largo de todo el ciclo de vida de una serie de fuentes de electricidad para 2050″, compartió NatGeo.
Una ventaja de contar con energía solar, es que al ser barata de producir también significa que es barata de consumir. De esta manera, el consumidor que opta por un módulo fotovoltaico en su casa ya ve una disminución de hasta el 90 por ciento en la factura de la luz en la primer mes tras la instalación.
“Como fuente renovable, la principal ventaja de la energía solar fotovoltaica es la baja emisión de gases de efecto invernadero. Según los estudios, no se puede decir que la fuente tenga cero emisiones teniendo en cuenta la energía consumida para la producción de los paneles y otros equipos fotovoltaicos. Pero una vez en funcionamiento, un sistema fotovoltaico puede compensar su huella de carbono en poco tiempo”, añadió el medio.