Desde que aspiraba al cargo público que hoy ocupa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se acostumbró a mostrar a través de sus redes sociales muchos de los platillos que forman parte de su ingesta cotidiana.
Así, se hizo común ver al político tabasqueño departir con sus colaboradores y compartir los alimentos en sencillos espacios gastronómicos en los que la elección de AMLO casi siempre ha sido alguna especialidad culinaria típica del lugar en el que se encuentra. Por ejemplo, se le vio comiendo una torta de cochinita en Mérida hace unas semanas.
Este tipo de actividades y su difusión parece haberle dado buenos resultados al mandatario, al mismo tiempo que promueve la economía local, costumbres y tradiciones al darle difusión a los platillos típicos de cada región.
El problema para el gobernante es que constantemente se habla y se observa que López Obrador consume platillos típicos que, como se sabe, son ricos en calorías, grasas azúcares y no tan ricos en fibras. ya hasta en su conferencia de prensa alude a este tipo de alimentación.
"Todos debemos desayunar… una guajolota, cuando menos… con atole".
— Guille Ortiz (@Yiye_OrtizC) 31 de enero de 2019
No se diga más. ¡Gracias, @AMLOenEnglish! @lopezobrador_. pic.twitter.com/fkDKlh7Sbf
Pero de lo que no habla el gobernante es que consumir diariamente este tipo de productos resultaría contraproducente para la salud. ¿La propia constitución física de AMLO estará en peligro por no incluir en su dieta alimentos de una mayor calidad nutrimental?
Una guajolota -torta de tamal-, de acuerdo con el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes contiene unas 700 calorías y 32 g de grasa, lo que representa una tercera parte de la dosis recomendada para hombres y mujeres adukltos – de 1,800 a 2,100 kilocalorías para mujeres y de 2, 000 a 2, 400 Kcal para hombres.
Habrá que esperar a que por parte del gobernante mexicano exista una mejor ingesta de alimentos, sobre todo si se toma en cuenta que el suyo representa una liderazgo que puede influir en las conductas de los demás.
No podemos olvidar, por su parte que México se ha colocado como uno de los países con mayores problemas de sobrepeso y las enfermedades que derivan de este mal, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.