Los niños y adolescentes en el mundo no están exentos de padecer obesidad o sobrepeso ante diversos factores que los rodean en el mundo, por lo que esto se ha convertido en la causa de que millones de ellos en el mundo sufran otras enfermedades.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños muy difícilmente dejarán de ser obesos en la edad adulta y, por lo tanto, tendrán más probabilidades de desarrollar diversos problemas de salud en la edad adulta.
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Es por ello que es importante también considerar a las personas menores de 17 años como una de las prioridades en los gobiernos con respecto a temas de salud sobre alimentación y actividad física.
1.En todo el mundo, el número de lactantes y niños pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 41 millones en 2016. Solo en la Región de África de la OMS, el número de niños con sobrepeso u obesidad aumentó de 4 a 9 millones en el mismo periodo.
2. En los países de ingresos bajos y mediano la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30 por ciento.
3. Si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.
4. Sin intervención, los lactantes y los niños pequeños obesos se mantendrán obesos durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta.
5. La obesidad infantil está asociada a una amplia gama de complicaciones de salud graves y a un creciente riesgo de contraer enfermedades prematuramente, entre ellas, diabetes y cardiopatías.
Es importante destacar que la OMS señala que la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad es un medio importante para ayudar a impedir que los lactantes se vuelvan obesos. También, indica que se debe incrementar el consumo de frutas, vegetales, legumbres y cereales integrales, en lugar de alimentos altos en grasas y azúcares.
De acuerdo con la OMS las políticas, los entornos, las escuelas y las comunidades son fundamentales en el desarrollo de los menores, pues condicionan las decisiones de los padres y los niños, y pueden hacer que los alimentos más saludables y la actividad física regular sean la opción más sencilla.
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