Uno de los cambios que más han llamado la atención desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México es el uso que se da ahora a la otrora residencia oficial de Los Pinos, en el bosque de Chapultepec de la Ciudad de México, y que ahora se ostenta como museo.
Pero más allá del uso que se le dé o no a este espacio arquitectónico que fue usado como casa del presidente en turno desde que Lázaro Cárdenas lo inauguró y nombró como los Pinos inspirado en un paseo de campo en su natal Michoacán, lo cierto es que el lugar guarda interesantes objetos que además de su valor económico, también poseen importancia histórica.
El problema radica en que, al parecer, hay algunos objetos que se han extraviado, lo cuales representan verdaderos tesoros acumulados a los largo de las décadas que adquieren importancia por los personajes históricos que se involucraron con ellos.
Por ejemplo, se sabía de las existencia de un acervo pictórico que describía importantes pasajes de la historia, pero sólo fue lhallado un retrato del presidente Venustiano Carranza elaborado por el célebre David Alfaro Siqueiros.
Asimismo, se encontró el estuche de un juego de cubiertos que pertenecieron al presidente Porfirio Díaz (1877-1911), pero no se halló ninguno de los cubiertos. Colchones, almohadas, muebles y otros objetos tampoco se encuentran.
Y es que la nueva administración de la Secretaría de la Función Pública ha declarado que tampoco recibió un listado completo del mobiliario y objetos de decoración que existen en Los Pinos, por lo que no ha sido sencillo cotejar entre lo que existe y lo que debería haber.
Desde la llegada de AMLO a la presidencia de México, Los Pinos abrió sus puertas al público general y el actual mandatario decidió seguir viviendo en su actual domicilio, en la colonia Toriello Guerra, en Tlalpan, en el sur de la capital mexicana.
Fotografías: cortesía de León Villalobos