A pocos días del comienzo de año y con la mayoría del país en semáforo rojo, sin duda un asunto que preocupa a empresas y empleados es la economía.
Aunque se han puesto en marcha algunos programas e iniciativas que buscan reactivar este necesario segmento, lo cierto es que para las empresas, sobre todo para las pequeñas y medianas que representan el grueso del sector empresarial en México, las cosas no han sido nada simples.
Las más afectadas
En principio es importante reconocer que, según la tercera edición del “Barómetro GS1, Fabricantes PyME de la Industria de Consumo”, durante los meses de contingencia provocados por el Covid-19, en el país, 8 de cada 10 empresas de consumo vieron afectadas sus ventas; no obstante, las más afectadas fueron las pequeñas y medianas empresas.
De esta manera, de manera, se estima que el 75 por ciento de las compañías registraron ventas a la baja, mientras que apenas un 20 por ciento logró incrementar este indicador durante la emergencia sanitaria.
Las empresas de mayor tamaño fueron las que se vieron mayormente beneficiadas luego de que 46 por ciento de las firmas en este rubro registrarán incrementos en sus ventas, comparado con el 15 por ciento de las medianas empresas y el 17 por ciento de las pequeñas unidades.
Del lado contrario de la moneda, se estima que el 78 por ciento de las pequeñas empresas aseguraron que sus vetas se desplomaron en gran medida, mientras que este caso se repitió entre las medianas empresas (79 por ciento) y en el 51 por ciento de las grandes corporaciones.
Ante un nuevo cierre, algunos estudios han advertido que el grueso de las unidades económicas de menor tamaño en estas entidades están “en riesgo real” de desaparecer, dejando sin empleo y sustento a miles de familias.
Panorama complejo
Lo cierto es que la desaparición de empresas no es lo único que preocupa, ya que las que consigan mantenerse en pie lo harán con pocas posibilidades de contratar o incrementar salarios, situación que no es favorecedora para el corrector funcionamiento de la cadena de valor.
Cuando menos así lo indica el más reciente “Termómetro Laboral” firmado por OCCMundial, el cual indica que apenas el 12 por ciento de las empresas encuestadas podrán contar más personal del que habrían contratado durante 2020.
Este aspecto se mantiene como una incógnita para el 39 por ciento de las unidades empresariales ante la incertidumbre que se lee en sus negocios, mientras que el 33 por ciento asegura que podrá mantener un ritmo de contratación similar al que sostuvo durante el año pasado.
En esta línea, sólo un 15 por ciento afirmó que contratará menos personal en comparación con lo registrado el año pasado.
“Sabemos que muchas empresas están enfrentando reducciones de presupuesto y, por ende, la reducción de sus planes de contratación. Realizar las mismas actividades con un menor número de personas implica un gran reto que tendrán que afrontar las organizaciones con una estrategia de gestión de talento muy efectiva que aleje a los colaboradores de situaciones de agotamiento, altos niveles de estrés o deserción laboral”, indicó Sergio Porragas, Director de Operaciones (COO) de OCCMundial.
Sin aumentos
Estos datos cobran aún mayor sentido, si reconocemos que las empresas se verán con pocas posibilidades de incrementar las prestaciones o salarios para su base de colaboradores actual.
En este sentido, se estima que 4 de cada 10 empresas aseguran no tener posibilidades de ofrecer incrementos de sueldo ni ascensos de puesto.
En tanto, el 34 por ciento dice que podrá dar promociones sólo a algunos pocos de sus elementos, mientras que el 13 por ciento afirma que podría incrementar sus incentivos. Más importante es reconocer que el 12 por ciento de las empresas se enfocará con especial énfasis en evitar recortes de personal.
Para las marcas, esto deja sobre la mesa a un consumidor especialmente cauteloso, con lo que deberán de enfocar sus estrategias a mostrarse como grandes aliados de sus públicos meta para no perder relevancia.