¿Hay un ambiente tóxico en tu lugar de trabajo? Estas señales podrían ayudarte a saberlo

Idealmente, los espacios de trabajo deberían motivar a las personas a crecer y desarrollarse, pero muchas veces hasta representan completamente lo contrario

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  • Un ambiente de trabajo tóxico u hostil podría provocar falta de sueño de calidad entre los profesionales

  • También es posible que provoque en las personas repetir las peores partes de su día, causando un desgaste mental

  • Asimismo, puede provocar un desapego psicológico entre lo que hace la gente y sus actividades del día a día

Muchas personas suelen tener quejas de su lugar de trabajo. Muchas personas solo ansían el cambiarse de empresa lo antes posible. Aunque a algunos no les parece malo, hay quienes no soportan estar atrapados en la posición de becario por tanto tiempo. Incluso el mismo espacio de la oficina puede representar un impedimento para la concentración y buena productividad.

En este sentido, muchas personas califican su trabajo como tóxico. Las consecuencias del fenómeno son graves. Según Very Well Mind, puede tener un efecto contundente en la salud mental. Por su parte, INC apunta que es una de las formas más comunes como una empresa pierde líderes. ¿Sabes si tú estás en una marca así? Entrepreneur dice que hay cuatro señales:

No hay dinámicas fijas de poder en el trabajo

Este concepto se refiere a la forma en la que las personas usan (o abusan) de su autoridad en un ambiente laboral. En todas las compañías debe de haber una estructura de mando, que se debe emplear para estructurar con mayor orden el flujo de las tareas y repartir la carga de las actividades. Sin embargo, en más de un trabajo este esquema no existe o no funciona bien.

Así pues, hay líderes de otros departamentos que se sienten con la autoridad de ordenar a la gente fuera de su equipo. O bien, gerentes que creen que su trabajo es más importante y eso significa que pueden usar su autoridad sobre quienes técnicamente están a su nivel. Con este fenómeno, generalmente la gente tiende a sentirse frustrada y guardar mucho resentimiento.

Hay demasiadas personas “fuera del círculo”

Los individuos tiene una necesidad social muy específica. En este sentido, siempre se están formando nuevos grupos incluso dentro de comunidades ya establecidas. Lo anterior también aplica al espacio de trabajo. Es natural que los empleados, e incluso los mismos líderes, se empiecen a juntar con otra gente con visiones y opiniones muy similares, excluyendo a otros.


Notas relacionadas


Si bien se trata de un fenómeno común y hasta entendible, no suele ser muy positivo en el trabajo. En especial si estos grupos empiezan a aglomerar a la gente que está involucrada en la toma de decisiones de la empresa y excluye al resto de las iniciativas. Así pues, entre más común se este fenómeno en una corporación, más probable es que sea un ambiente tóxico.

Colaboradores creen que no hay imparcialidad en el trabajo

Las personas, de nuevo, son seres falibles. Tienen opiniones, gustos y sentimientos que no se prestan siempre a tomar decisiones neutrales. Si bien se trata de un reto común, no significa que esté bien que una compañía decida simplemente dejar de prestar atención a este desafío. Por el contrario, debe haber sistemas establecidos que reduzcan el impacto de estos desafíos.

Cuando buena parte de los colaboradores cree que la cúpula gerencial no está abordando de forma correcta o suficiente estos prejuicios, entonces hay un ambiente tóxico en la empresa. Las compañías deberían de tener ecosistemas que no solo aborden los problemas, sino que también sus resultados sean suficientemente visibles y satisfactorios para todos los agentes.

No existen reglas éticas y de comportamiento bien establecidas

Como en cualquier espacio comunitario, dentro del trabajo las personas deberían de seguir una serie de normas y comportamientos para la buena convivencia. Lo anterior no solo se expresa en un trato respetuoso y cordial. También implica saber reconocer la labor de otras unidades y darle el peso adecuado a las actividades de las personas, sin importar su puesto.

Así pues, cuando una persona (sin importar su puesto), cree que puede interrumpir las tareas de otros solo porque tiene un encargo urgente, se está en un ambiente de trabajo tóxico. Las empresas deben trabajar arduamente para definir correctamente estas normas sociales. Y, por supuesto, trabajar de cerca con todos los colaboradores para asegurar su cumplimiento.