Hace un año, la mujeres salieron a levantar la voz en las calles de la Ciudad de México para exigir el cumplimiento de la agenda feminista al gobierno y a la sociedad misma, millones de mujeres se unieron con el mismo fin: demostrar que existen y están cansadas de ser incivilizadas.
No obstante, esta no fue la primera gran marcha que logra marcar un antes y un después en el mundo del feminismo mexicano, con meses de anticipación la Asamblea Feminista Metropolitana y la Asamblea Feminista Autónoma e Independiente para formar la Asamblea Juntas y Organizadas.
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Este colectivo en conjunto hizo un llamado a miles de mujeres para salir a marchar a las calles y demostrar su inconformidad el 25 de noviembre de 20219, en el marco del día Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Entre fuego, pintas y consignas, las mujeres mexicanas le gritaron al mundo la urgencia por atender los casos de injusticia que se viven en México, tan sólo en la Ciudad de México las denuncias por violación aumentaron 56 por ciento en un año, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
“El 25 de noviembre, cuando estábamos en el Ángel de la Independencia, sin salir todavía, empezaron a llegar los policías y empezar a cercar la manifestación por las laterales de reforma, la frente fue inmediata, todavia no habiamos salido cuando eso estaba pasando. Para cuando llegamos a Juárez el asunto era ya imposible, para la cantidad de policías que había”, asegura Rosa Salazar, coordinadora de DHLab Fem Mx.
El proceso se repitió en la marcha del 8 de marzo del 2020, impulsada por la misma alianza feminista, aún más mujeres se unieron a la manifestación en el marco del Día Internacional de la Mujer, pintando la ciudad capitalina de morado.
“La marcha fue una cosa maravillosa, fue impresionante, recuerdo que cuando me llamó una reportera terminando el mitin, y que todo el mundo todavía se quedó en el Zócalo, cerca de las 6 de la tarde, y me preguntó ‘Oye cuánta gente fue’, obviamente no sabía, obviamente yo sólo veía que entraba y entraba gente al Zócalo”.
No obstante, en Bellas Artes hubieron retenes que no dejaban pasar a los grupos feministas; la policía arremetió contra las compañeras, hubo gas, hubo golpes, cientos de policías, al igual que el 25 de noviembre.
Sin duda hay un antes y un después, las mujeres feministas de México levantaron la voz y gritaron que la violencia en el país ya no podía soportarse, la epidemia y la pandemia de violencia que desde 2002 enunció la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que continúa a pesar de que la sensibilidad sobre una pandemia es mayor.
El gobierno mexicano aún no asume que existe esta otra epidemia, señala Rosa.
En el 2006, la ONU Mujeres declararon que había una epidemia de violencia en México y esto tiene sus implicaciones para medir los índices de violencia desde la Salud Pública los cuales no se han tomado en cuenta.
“El gobierno mexicano está obligado a integrar a sus políticas públicas todo el marco internacional en materia de derechos humanos a partir de la reforma constitucional de 2011, sin embargo este no lo ha hecho, lo cual implica que el gobierno mexicano es un gobierno violador de derechos humanos”, dice.
A pesar de las diferentes promesas de algunas autoridades para trabajar en pro de la disminución de la violencia de género, muchas de ella quedaron en el aire, ante una inacción de las autoridades para atender las demandas de las mujeres.
No obstante, el 8M fue una cosa inconmensurable, efectivamente cambiaron muchas cosas, cambió la forma en la que se ve a las mujeres, pero sobre todo al movimiento feminista, el cual se hizo presente ante la ausencia en los liderazgos políticos formales, como en los partidos.
“Los partidos políticos tendrán sus cosas, pero para el movimiento feminista y social, ha sido un momento importante, sobretodo por la organización política, no estamos esperando a responder a nada, la agenda es clara, para el movimiento feminista siempre ha sido clara la agenda”, comentó Rosa Salazar.
Este 2021, las feministas de nuevo saldrán a las calles a exigir que se cumpla la agenda de derechos de las mujeres y de sus poblaciones en medio de una crisis sanitaria que ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar.
La pandemia de violencia sigue creciendo entre la sombras de la Covid-19, por lo que sin duda se necesita un esfuerzo colectivo general para detenerla.
