Gustavo Cerati es una de las voces referencia del rock en español, en parte gracias a su trabajo con Soda Estéreo y a su carrera como solista, y seríamos justos si a esto agregamos su interés por hacer de la música un lugar con el cual experimentar, Bocanada es la muestra de esto, en este trabajo discográfico se conjugó la melancolía con el lado más tecno de Gustavo Cerati. Bocanada, sin duda, es uno de los discos icónicos del ex vocalista de Soda Estéreo.
El disco fue grabado en el estudio Casa Submarina y en Abbey Road de Londres, cuando fue publicado, en 1999, alcanzó a ser disco de oro. Si bien en la revisión cronológica Bocanada es el segundo proyecto como solista de Cerati, también se trata del primer disco desarrollado tras la separación de Soda Estéreo.
Estamos en la víspera de los 21 años del lanzamiento de Bocanada, el álbum quizá más recordado en la carrera del músico argentino, por su calidad musical, y también por ser muestra de ser una obra que rompió etiquetas, por eso nos damos la oportunidad de revisar su obra y darte 5 datos que seguramente no conocías de esta gran obra de Gustavo Cerati.
Rigurosidad con el audio
Seguramente hay muchos ejemplos acerca de músicos que dedicaron mucho tiempo a la concepción de sus discos y que le dieran tanta importancia a la experimentación tímbrica y a las sonoridades. Gustavo Cerati era un músico obsesionado con su sonido, un autor que más allá de ver el proceso de creación como un placer, lo veía como un sufrimiento, Bocanada guarda restos de eso.
Aquí la experimentación tiene un lugar protagonista, las principales diferencias entre el álbum y el proyecto de Soda Estéreo son claras, el uso de la tecnología en el desarrollo del disco, es decir la computadora como un instrumento de composición más. Gonzalo Aloras, músico argentino y amigo de Cerati, definió a ex vocalista de Soda Estéreo como un individuo que pasó la mayor parte del tiempo intentado merecer su propio talento, intentado ganar su propio espacio. Un amante de las guitarras, los delays, siempre atento de las tecnologías aplicadas para la música.
Admiración al azar
Si bien la experimentación fue uno de los elementos característicos de este disco, al mismo tiempo el azar fue el hilo conductor de todo. Bocanada utilizó un procesador llamado Mutronics Mutator, máquina que modifica audios y grabaciones, esto da la posibilidad de usar diferentes filtros y oscilar con las frecuencias, como un sintetizador. La canción, “Puente” por ejemplo fue una pieza armada con pedazos sueltos, como un rompecabezas, ordenando las partes y construyendo nuevas formas.
Bocanada fue construido sobre el proceso, normalmente se piensa en el concepto para luego trabajar en la grabación, este disco fue boceto y versión final al mismo tiempo. La consola de grabación entra solo para modificar la ya construido, en este trabajo, la consola fue parte del proceso de creación, Gustavo Cerati decía “un ecualizador es un instrumento”.
Novenas
Uno de las características que dan virtud al disco y que parece que fue producto de la singularidad de este disco es el uso del intervalo de novenas. Casi por arte de magia este elemento apareció a lo largo del proyecto discográfico, este le otorga al disco melancolía y profundidad.
Dificultad al escribir
Para Cerati escribir siempre le representó un reto, una dificultad grande. El músico Gonzalo Aloras cuenta que Gustavo Cerati era un individuo que vivía con el miedo de arruinar todo, “siento que voy a arruinarlo”, decía constantemente. Cosa que llama la atención pues más de un crítico ha caído en la calificación de que las letras de Cerati son muy buenas, tan extrañas que es complicado verlas en canciones de rock pop.
Desde su primer disco hasta el último la dificultad por escribir fue una constante en el músico, también hay que decir que Cerati era un escritor orgulloso de sus limitaciones, pues estas también revelaban que sus obras no eran perfectas, que estaban inundadas de errores, pero solo a través del esfuerzo y el trabajo los había superado.
Miedo al fracaso
En 1999, Cerati le confesó a Eduardo Capilla, amigo del músico, que mientras Soda Estereo estaba en plena gira de despedida, el musico argentino pensaba en el terror que le ocaionaba la idea de que su proyecto como solista tuvieran tantas diferencias frente al éxito de su grupo, tanto que pudiera considerarse un fracaso.